Por Darío Falconi
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“Más libros, más voces, más libres”.
Con ese lema como estandarte, cerrará hoy la Feria del Libro local, que tuvo su desarrollo entre el 7 y el 11 del corriente.
En esta oportunidad se instalaron 150 metros de carpas con 25 stands para la promoción y venta de libros. Se desarrollaron conferencias, recitales, lecturas y talleres. Tuvo, otra vez, la emotiva suelta de poemas desde el aire que organizó la SADE local. El propio Secretario General de la SADE central, el villamariense Ernesto “Chueco” Fernández Núñez, expresó con emoción que esta actitud “únicamente puede pasar en Villa María”.
Se realizó además la Feria de Ofertas Educativa y de manera paralela el 6to Congreso de Educación. Como corolario a esta fiesta de la cultura, se presentará como última actividad, a las 19 de hoy, una multipresentación de libros de seis autores locales. La Editorial Universitaria (Eduvim) ha publicado en bellas ediciones los primeros volúmenes de la colección “UP cinco mil novecientos”. Dicha serie se edita bajo la Ordenanza Municipal 5.974, que promueve la edición de autores locales mediante el aporte de comerciantes e industrias a los que se le deducen impuestos. Los autores beneficiados (varios de ellos inéditos hasta hoy) son: Marina Giménez, Fernando Ceballos, Marcelo J. Silvera, Griselda Rulfo, Federico Giacomelli y Evangelina Sodero.
Desde estas páginas, se nos ocurrió la idea de consultarle a cada uno qué significa su libro y qué sensaciones les despierta el hecho de haberse publicado. Con esa premisa disparadora y amplia contactamos a sus autores y esto nos dijeron.
Palabras que caminan la cornisa (poesía), Evangelina Sodero, 60 páginas.
Evangelina Sodero nació en Villa María en 1980. Actualmente se desempeña como profesora en Lengua Castellana de nivel medio egresando de la UNVM en 2004. “Palabras que caminan la cornisa” es su primer libro de poemas publicado. Desde hace tres años es integrante de la SADE filial Villa María. Tiene una novela inédita titulada “Libertad interrumpida”.
“Que la palabra sea aquella sombra delirante
que camina la cornisa
una loca que anda suelta...
Se me hace que el poeta, en su papel en blanco, tiene las palabras como eternas peregrinas hacia lo indecible, equilibrantes de significado, indecisas en el acto de existir o no existir, de decir o no decir, de sentir o no sentir, de fingir o no fingir, de pecar o no pecar, de estarse con Dios o sin Dios.
En "Palabras que caminan la cornisa" la poesía me llegaba como una cosquilla en la punta de los dedos, la necesidad imperiosa de decir que con la palabra se construye o se destruye, se enciende o se apaga, se es minúsculo o grandioso, es la forma más sutil y bella de decir sin nada que decir.
La publicación de éste, mi primer libro de poemas, es la culminación más gratificante de aquella inspiración que al poeta le llega quién sabe de dónde. Todos y cada uno de los poemas que integran el libro tienen reservado un lugarcito en el mundo sin decir de los poetas, muy adentro mío, allí donde vivir es una utopía, un imposible para seres de esta tierra, al menos hasta ahora... ¿quién sabe...? quizás dentro de miles de años... tengamos visitantes, turistas que se lleguen al corazón del poeta. Gracias Dios por enseñarme el costado sensible de la palabra. Gracias hasta que ya no tenga nada que decir.”
Nueve y diez… el que no se escondió se embromó (narrativa infanto-juvenil), Griselda Rulfo, 88 páginas.
Griselda María Rulfo nació el 17 de abril de 1943 en la localidad de La Playosa. En Villa María (donde reside) cursó sus estudios de nivel primario, medio y terciario en distintos establecimientos educativos. Egresó como bachiller, maestra normal, profesora en Educación Física y Psicopedagogía. Tiene estudios cursados sin finalizar en Metodología de la Investigación Educativa, Letras Modernas y Arquitectura. Se desempeñó como docente en distintas áreas en los niveles primario, medio y terciario en diversas instituciones educativas. Y como coordinadora Regional de Educación Física en la Inspección Regional con sede en Villa María. Ha asistido a talleres literarios dirigidos por: Marta Parodi, Susana Zazetti y Mercedes Espinosa.
“¿Qué siento al publicar mi primer libro? Aunque la respuesta parezca demasiado simple experimento una emoción profunda y gran alegría, lo que no es poco. Ya que escribo por el placer que experimento al hacerlo, por una necesidad de crear que me ha acompañado toda la vida.
Y como esa niña que cuenta “Nueve y diez… el que no se escondió se embromó” para salir a develar el misterio de un juego maravilloso yo intento jugar con las palabras, el misterio, la ficción, el suspenso, la narrativa infantil, que también me permiten encontrar el sentido de muchas vivencias.
Pero en esencia es sólo una la respuesta: ESCRIBO PORQUE SIENTO LA NECESIDAD Y EL PLACER DE HACERLO, NADA MÁS.”
Monitor interior (relatos y poemas) Marcelo J. Silvera, 71 páginas.
Marcelo J. Silvera, nació el 30 de julio de 1975 en la Capital Federal. Primera generación argentina de familia uruguaya. Vivió y estudió en Capital y Montevideo alternativamente. Periodista y escritor, a los 12 ingresó al mundo de la radio y mantuvo su propio programa, "Monitor interior", por espacio de 13 años en diferentes radios de Buenos Aires, Montevideo y Villa María. Argentino por nacimiento, uruguayo por adopción y villamariense por elección, actualmente está radicado en Villa María (Córdoba), es vicepresidente de la Sociedad Argentina de Escritores local y trabaja en el diario Puntal Villa María.
“Básicamente éste es mi Monitor interior. El libro, así como lo fue el programa de radio (con el que amenazó con volver en cualquier momento) y hasta el blog (monitorinterior.blogspot.com) son canales de expresión, cables a tierra que me permiten aportar una mirada más literaria a la vida.
Es mi primer libro, porque hace mucho tiempo sostengo que el ser artista también es trabajo, y tener que pagarse su propia edición para publicar es como pagar para trabajar. Afortunadamente el proyecto fue visto como viable y pudo ver la luz, de otra manera seguiría en el cajón, junto a otros libros y proyectos esperando su oportunidad.
En él se recopilaron varios relatos de diferentes épocas, experiencias vividas en primera persona o en tercera (nunca sabrán cuál es cuál) y alguno ficcional; unidos a poesías de estos últimos tiempos, las primeras de carácter social, una mirada crítica a una vida que pasa demasiado rápido sin conocer cuál es el destino, las últimas del corazón, sin olvidar las broncas hacia un mundo injusto pero aferrado al amor.
El Monitor interior nos permite ver lo que tenemos dentro, y cualquiera sea el interior que nos deje ver está bien, en este tiempo tan lleno de exterioridades.”
Cáliz de arena (poesía), Marina Giménez, 37 páginas.
Marina Beatriz Giménez nació el 7 de marzo de 1961 en la ciudad de Santa Fe. Vive en Villa María desde 1996. Escritora, poeta, promotora de lectura y escritura. Publicó dos libros de poemas: “La morada y el pájaro” (Argos) y “La puerta” (De autor). Participó en antologías provinciales, nacionales e internacionales con sus cuentos y poemas. Coordina talleres literarios para niños en diferentes localidades y escuelas. Participó como expositora en el Seminario Internacional “Relaciones de la literatura y los niños en riesgo” auspiciado por la UNVM, Editorial La Bohemia, Ministerio de Educación de la Nación, Conabip, Embajada de Francia y Banco del Libro de Venezuela.
“La publicación de ‘Cáliz de arena’ significa ante todo la oportunidad de abrir la palabra hacia los otros. Mis dos publicaciones anteriores ‘La morada y el pájaro’ y ‘La puerta’ fueron ediciones de autor y entonces el recorrido se hizo más difícil y acotado. La poesía igual circula entre la gente, está viva, pero los libros merecen ser leídos, llegar al lector. Desde Eduvim el camino puede ser más amplio, volverse visible para los que invisiblemente oficiamos con la palabra. Poner voz en el silencio. Ayudar a que el autor publique y que el texto circule y no quede atrapado dentro de su propio hábitat de papel que de ser el más legítimo, puede también ser una trampa bien ordenada en algún estante. Este oficio sobrevive ante toda circunstancia: el sustento cotidiano que hay que ganar con esfuerzo, la lucha indeclinable contra repetidos molinos de viento, la enfermedad, la muerte. El poeta vuelve a levantar su cabeza, toma un papel, un lápiz o una tecla y sigue escribiendo.
Entonces que alguien ponga sus ojos, pero adentro de tus palabras y quiera ponerlas por vos en un libro, en una escuela, en la biblioteca, te ayude a repartirla, a compartirla, como el pan, hoy, como poeta y como persona, me hace sentir menos sola.”
Evocando el pasado (relatos) Federico Giacomelli, 131 páginas.
Federico J. D. Giacomelli nació en James Craik, provincia de Córdoba, en 1930. Reside en Villa María desde 1947. Egresado como tornero mecánico de la Escuela del Trabajo. Se desempeñó como operario, docente y desde 1962, viajante de la firma Nossovitch y CIA SA. Este es su primer libro.
“Lo que puedo decir es que para escribir un libro se necesita, para empezar, tener ganas; no importa la edad, y luego como dice mi nieta Evangelina Sodero (profesora de lengua y escritora), a escribir se aprende escribiendo. Yo puedo asegurar que tiré muchas hojas hasta lograr algo que más o menos me convenciera.
“Evocando el pasado” es un relato autobiográfico en la que relato las buenas y las malas que viví para organizar la venta en nueve provincias de un producto de muy buena calidad pero desconocido en la zona asignada. Lo que tuve que argüir para convencer a los comerciantes para que trabajen ese producto.
Recorrer miles de kilómetros en un Citroën 2 CV por caminos malísimos sobre todo en la zona de la Mesopotamia, cuando para cruzar el río Paraná había que esperar, después de haber cruzado el río Colastiné y recorrido algunos kilómetros a veces hora y hora en una isla donde de día te molestaban y te picaban los gegenes y de noche los mosquitos y con un calor húmedo que te hacía transpirar a mares.
También cuento sobre cultivos y ganado, importante medio de vida de los habitantes de esos lugares.
Felicito a Eduvim por ayudar a fomentar la cultura haciéndole fácil y sin costo editar libros a escritores noveles y más que eso hacerlos conocer.”
El manicomio (ensayos y otros textos) Fernando Ceballos, 142 páginas.
Raúl Fernando Ceballos nació en Colazo en 1964. Enfermero profesional, trabajó en instituciones psiquiátricas de la provincia de Córdoba y en la provincia de Santa Fe. Ha sido instructor docente de diversas instituciones en diferentes provincias. Es autor y compilador de diversos libros entre los que se cuentan “Palabras de enfermería. Reflexiones para una actitud ética en el cuidado enfermero en salud mental” (Sema), “Memorias de la capacitación: gente necesaria para construir historia”, (Comp.) Proyecto Troncal de Capacitación 2006-2007. Gobierno de Santa Fe. Recibió diversos premios y menciones por su obra literaria entre los que se destaca la 1º Mención en el Segundo Concurso Topia Libro de Ensayo 2008, de la revista Topia con el texto: “El manicomio. Crónicas de una lógica que coloniza subjetividades”, en 2008.
“Escribir se construye como cicatriz de la experiencia, y como potencia que impulsa a las palabras a ir más allá de sí, de lo que nombran, de lo que inventan. Fernando Ulloa, cuando habla de la escritura la compara con la escritura de una vivienda. Uno toma posesión de una casa con la escritura. Entonces cuando habla de escribir, nos dice que un sujeto se adueña de su práctica cuando puede plasmarla en la escritura. Allí, verdaderamente, dice, toma posesión de su hacer, y lo transforma en saber.
Escribir no es una tarea sencilla, pero si dejamos que cada uno pueda escribir sus escritos, que cada uno pueda inventar liberándose de las ataduras discursivas que nos disciplinan, nos encaminamos hacia acontecimientos emancipadores, hacia apariciones lingüísticas, hacia enunciados y pronunciamientos que nos permiten pensar la transformación y desgarrar hábitos institucionales.
Escribir tiene que ver con dejar huellas, surcos, grietas, caminos, senderos, cicatrices…
Escribir tiene que ver con dejar testimonios, dudas, corazonadas, ilusiones, utopías…
Escribir tiene que ver con posicionamientos, discusiones, reflexiones, luchas, pasiones…
Escribir tiene que ver con esa turbulencia de lenguas sueltas y pensamientos a punto de salir…
Escribir no tiene que ver con juntar palabras, escribir tiene que ver con que las palabras se encuentren en un colectivo…
Escribir tiene que ver con la creación de sujetos clínico-políticos esperanzados en luchar contra las lógicas que nos atontan…
Escribir como una insistencia, como una energía presta a estallar, como una potencia que se resiste, que porfía.”
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