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Marisa Díaz - Ricardo Cabrignac - Germán Giraudo - Bruno Stocchero - Miguel Marín - Gino Fazzi |
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“Ahora conozco más a mi abuelo. Después que publiqué en EL DIARIO las historias que conocía de él, me llamó muchísima gente que me contó otras cosas de él, otras anécdotas. Ahora podría escribir un libro...”. Así refiere Germán Giraudo su experiencia de haber participado en la convocatoria de nuestro medio a todos los vecinos, para realizar entre el suplemento que se publicaría el 27 de setiembre, como homenaje a la ciudad en su cumpleaños.
Es el nieto orgulloso del Gordo “Al Chentro”, a quien no llegó a conocer en vida. Pero rastreó sus datos y rescató un personaje que algunos ya tenían en la memoria y otros muchos descubrieron a través de estas páginas.
Marisa Díaz, la hija del entrañable maquinista que llegaba y saludaba con las manos llenas de caramelos y amor, agradeció la posibilidad que tuvo de compartir “historias tan personales”, pero que con distintos aditamentos fueron vividas por muchas otras familias ligadas al tren y los rieles.
Ella también recibió muchos llamados telefónicos de personas que se identificaron con su relato. “Gente que me transmitió lo que les movió mi recuerdo”, dijo.
Y nos instó a seguir siendo un medio que permite la libre expresión de todos los vecinos de la ciudad.
Ricardo Cabrignac, aquel novio que tuvo que salir corriendo en busca del cura para poder casarse, reconoció que lo “gastaron” mucho algunos de los que leyeron su relato.
Pero fue su hermana la que tuvo la idea de compartir con toda la comunidad las peripecias de aquella noche. Y la verdad es que su página dibujó una sonrisa contagiosa en todos los que se adentraban en su lectura.
Bruno Stocchero, el elegido entre los más chicos, dijo que “la propuesta estuvo buena” y que cuando se puso a pensar para escribir, le vino a la memoria “la aventura que había vivido con un amigo y su papá el fin de semana anterior al concurso”.
En su escrito nos hizo recorrer a su lado esos parajes cercanos a las vías del tren que tanto y tan gratamente le acariciaron el corazón.
Gino Fazzi, el joven que nos conmovió con su historia de amor y besos por la costanera, a orillas del río, señaló la importancia que tiene para él escribir sus emociones. Y la verdad es que con una pluma ágil y fresca consiguió emocionarnos a nosotros.
Gino expresó que “muchas veces se hace necesario escribir lo que a uno le pasa, ante la imposibilidad de comunicarlo a los demás”.
“Y esta vez fue increíble para mí el hecho de haberme comunicado al mismo tiempo con tanta gente”, comentó agradecido.
Por último, Miguel Marín, emocionado hasta las lágrimas “en orsai”, aseguró que “jamás” pensó que su narración sobre los históricos contrabarrios sería seleccionada. Pero lo fue... Lo suyo fue un golazo en regla, sin necesidad de un referí cómplice ni nada.
La tribuna festejó. Aplauso, medalla y beso para todos... No, en realidad, lo que se llevó cada uno como recuerdo es un cuadro con su artículo y un mate de buena madera, con el nombre de EL DIARIO y el de nuestra Cooperativa grabados en alpaca. Y hubo algunas palabras, además, para agradecerles su participación. A través de ellos extendemos el abrazo a todos los participantes, porque entre todos nos ayudan cada jornada a ser el diario que tiene un corresponsal en cada hogar, el medio de comunicación en el cual “los lectores también escriben”...
Gracias. Muchas gracias. Es un placer.
Todos nosotros
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