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Planteles. Los dos equipos de la Liga Villamariense previo a comenzar a competir en Embalse, que lo encontró con otra realidad. F2: El cuerpo técnico, encabezado por Guerrero, de los seleccionados locales |
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“Probablemente en Villa María vamos a ser los peores o dirán que no trajimos los jugadores adecuados, que trajimos a los peores porque supuestamente los que no vinieron son mejores.” Dichas palabras fueron expresadas por parte del entrenador de los seleccionados de la Liga Villamariense, Norberto Guerrero, sabiendo que los malos resultados traerán duras críticas.
Estás malas campañas desnudan que el fútbol juvenil de la Liga Villamariense, por más que tiene calidad, que sigue promoviendo jugadores que se destacan en el fútbol de elite del país, que los grandes clubes se acercan a buscarlos, tiene cosas por mejorar y nunca es tarde, ya que siempre viene bien un baldazo de agua fría.
¿Por qué a nivel de clubes estamos entre los mejores de la provincia y en los seleccionados no podemos festejar desde hace tiempo?, es la pregunta que se hacen muchos y es una realidad que no puede pasar por alto.
Si bien se mejoró en cuanto al abanico geográfico en las inferiores de la Liga local continúa habiendo concentración de jugadores en los clubes que inciden a nivel selección (sólo se puede elegir a cuatro por institución), pero avalarse a eso suena a excusa, sería menospreciar, lo que sí queda en claro es que cuando no se toma la selección como prioridad, no se puede aspirar a pretensiones serias.
El armado de las selecciones, muchas veces, es tomado como un peso económico y no como un proyecto serio, por lo que queda en evidencia que está gestado equivocadamente. Es muy cierto que es un aporte económico considerable para las instituciones, que ya hacen malabares para generar los recursos para permanecer en pie, pero por qué no verlo como inversión, porque los chicos son el futuro de las entidades, a no olvidar.
El tema selección carece de gestión para poseer los recursos por parte de la entidad madre para solventar un proyecto serio, y hasta se amagó desde el año pasado privatizarlas por un grupo foráneo, lo que finalmente no sucedió.
Entonces, cuál es la idea, ir a participar a ubicar jugadores o a buscar lo más importante, es decir, la gloria deportiva, que cada chico tenga la inmensa felicidad de un título, dé una vuelta olímpica, de levantar una copa o colgarse una medalla, que son en definitiva los sentimientos más hermosos del fútbol, y que provocarán que la LVF esté en lo más alto del fútbol cordobés.
@ Inicio feliz, triste final
En el aspecto deportivo, el combinado Sub 15 de la Liga Villamariense, que por su calidad individual y la experiencia de los amistosos, se perfilaba como candidata a pelear las instancias finales y comenzó de la mejor manera, mostrando un juego efectivo y superando sin problemas en el debut a su par de Laboulaye (que terminó clasificando), pero luego desencadenó cuatro derrotas al hilo.
Y además en el último encuentro, protagonizó el hecho más escandaloso del campeonato cuando tras el último partido los chicos de la Liga local y Béccar Varela se trenzaron a golpes. Un tema que no se debe pasar por alto.
Pese a que hablamos de chicos de 15 años, los que tienen mucho por corregir de cara al futuro, el plantel de la selección menor presentó jugadores muy interesantes, como Juárez, Ludueña, Negro, Turina, pero le faltó mayor espíritu colectivo para llevar adelante la empresa, especialmente en los partidos más complicados, que cuando más ímpetu debió mostrar flaqueó, como el caso de la goleada sufrida con su par de la bellvillense.
Algo parecido, en cuanto al desarrollo del torneo, pasó con la Sub 17, que en un heroica recuperación logró un empate en tres en el debut, después cayó en partidos cerrados en sus próximos encuentros. Lo que sí tuvo el Sub 17 fue una mejor gesta colectiva, aunque contó con desaciertos defensivos y desconcentraciones que pagó caro, teniendo en cuenta que en este tipo de certámenes es vital la efectividad y la seguridad defensiva en las pelotas paradas.
Además, pese a quedar out del torneo dos fechas antes, mostró una conducta ejemplar, lo que es loable.
Queda el consuelo de que ningún elenco lo superó, todo lo contrario, muchas veces mostró una mejor cara que su rival.
“Futbolísticamente no estamos abajo de nadie pero hay que mejorar muchas cosas que después a la larga suman”, recalcó Guerrero para hacer un análisis futbolístico de sus equipos en el campeonato.
Y después se hizo cargo de la mala campaña al indicar: “Acá un montón de la culpa es mía, el no lograr la clasificación es un noventa por ciento del cuerpo técnico porque no le supimos encontrar la vuelta en su momento”.
@ El futuro
Guerrero destacó que “ojalá” tenga la posibilidad de continuar pero explicó que “esto es fútbol y vamos todos atrás de un resultado, que es lo que mandan. Imploró que la Liga empiece un proyecto a largo plazo, no sé si conmigo, pero que al cuerpo técnico que elijan le den tranquilidad para trabajar, el tiempo necesario y el apoyo de los clubes”.
“Que tenga los jugadores a tiempo porque no puede ser que cuando se suben al colectivo para venir a jugar un Provincial los jugadores estén lesionados porque estuvieron jugando 24 horas antes”, continuó.
Y concluyó: “No es una excusa pero son pequeñas cosas que hay que cambiar porque uno no puede venir viajando y poniéndole hielo al jugador para que llegué a jugar la primera fecha acá, cuando el jugador tendría que haber estado descansado, es decir, la importancia tendría que ser otra”.
Ojalá que el futuro sea mejor, que este golpe bajo sirva para aprender y mejorar. Siempre estamos a tiempo.
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