De lealtades
y pertenencias

A la luz de los últimos acontecimientos políticos, cuando ocurren las cosas que siguen ocurriendo, este 17 de Octubre no es una efemérides más de la liturgia peronista. La epopeya de aquel día de 1945 ¡claro que fue grandiosa! ¡Tan luminosa que nos permite iluminar lo que está sucediendo ahora!
¡Porque están ocurriendo cosas! Cosas que tienen que ver con la lealtad y la pertenencia, como en aquel 17 del ‘45. Quizás, como dijo el compañero Miguel Angel Pichetto en ocasión del debate reciente de la Ley de Servicios Audiovisuales en el Senado, "hay quienes no lo van a entender nunca".
Confiados en los días que vendrán, orgullosos de pertenecer al partido que gobierna, detenemos la marcha de las utopías sólo para refrescarnos los pies en las fuentes y seguimos cruzando puentes, convencidos de que el gran desafío de hoy es la profundización de las conquistas logradas.
Para que el gran Movimiento Nacional y Popular inaugurado aquel 17 del ‘45 siga su rumbo, avanzamos en la reconfiguración del Estado, fortaleciendo la militancia y recuperando nuestras históricas banderas.
Un abrazo peronista a los leales y a los que todavía entienden.

Partido Justicialista
de Villa María

Peronismo no es “pejotismo”

Qué lejos estamos los argentinos y particularmente los peronistas del espíritu revolucionario de aquel día, en el que “el subsuelo de la Patria sublevada” mojó sus patas en las fuentes de la histórica plaza, para fundar una nueva etapa emancipadora y darse años de felicidad y grandeza.
Qué lejos estamos de aquellos 17 donde el pueblo festejaba masivamente en la plaza el estado de bienestar conseguido, con el cincuenta por ciento de la renta distribuida a los trabajadores con pleno empleo digno, sin precarización. La salud pública, la seguridad social, la vivienda, las vacaciones, el esparcimiento, los derechos del niño y la ancianidad.
Qué lejos estamos de aquellos días donde, pese a la proscripción, la resistencia hacía notar su lucha por los valores y principios revolucionarios instaurados aquel 17 de Octubre, como lo hacían en nuestra ciudad Marcial Olivera, “Toscanito” Vázquez, el “Moro” Ojeda, el “Cusa” Marcomini y tantos otros entre los que se encontraba mi viejo.
Qué confusión que se ha instalado hoy, con las dos principales manifestaciones referidas al 17, dividiendo en dos la liturgia del peronismo y dejando de lado por igual los principios ideológicos del “Viejo”.
Por un lado ese “pejotismo” pacato, “tinelizado”, que incluye en sus filas a populares referentes como Macri y De Narváez, que sólo conocen a los pobres cuando filman propagandas en campaña. Esa clase dirigente que nunca hizo nada por la distribución de la riqueza y por el contrario participa de su concentración, que en 2011 nos quiere retrotraer a los noventa.
Por el otro, ese “pejotismo” que dejó de lado la transversalidad, tirando por la borda una inmejorable oportunidad de reconstruir el Movimiento Nacional, que optó por lo peor del sindicalismo y la vieja política. Con discurso pseudo-progresista, que nos corre por izquierda con la Ley de Medios pero sostiene por derecha la misma matriz de distribución y concentración de la riqueza que en los noventa, que paga la deuda ilegítima pero desconoce la deuda social que extermina veinticinco pibes por día; que invierte 43 millones de pesos en el Anfiteatro municipal y posterga la prioridad del nuevo hospital para la región. Que sin embargo sostienen que esto es lo que más se acerca al peronismo, más concretamente a la “primavera camporista” los que no se referencian con el “General”, si es así. ¿Por qué no convocan a la plaza el 17 de Octubre o el Primero de Mayo?
Como bien dice Alejandro Smith: estamos confundidos. El peronismo no es el “pejotismo”. Este es sólo una herramienta electoral del Movimiento, hoy ausente, y por eso se dan estos pequeños actos que sólo expresan la interna partidaria, en donde el pueblo permanece ausente e indiferente. Seguramente, algún día, el Movimiento Nacional lo vuelva a convocar.


Alejandro Roganti