Escribe: Daniel Cerutti
Central Argentino obtuvo un valioso punto en su visita al campo "albo" como una objetiva demostración de su voluntad por modificar el estilo de juego en el complemento y aprovechando el estado del nerviosismo extremo de algunos jugadores locales, ciertamente perturbados por los controvertidos fallos del árbitro Martínez.
Un primer tiempo jugado con criterio y ambición ofensiva, donde ambos rivales mostraron atributos suficientes como para conformar un desarrollo positivo. Playosa comenzó con todo, a los dos minutos Centeno ingresó al área y recibió la clara infracción de Ferreyra. Velasco, con fuerte remate a la derecha de remate, concretó la inesperada diferencia.
Hasta los 20 minutos el local manejó estratégicamente el partido, con Zárate y Centeno bien plantados y distribuyendo el juego con panorama y buena proyección, que complicó a la estructura defensa del "rojo" villamariense.
La visita progresivamente fue saliendo del encierro cuando Delfino (esencial en la gestión del visitante) y Casas asumieron que la debilidad local estaba en el sector izquierdo de oposición. Así se equilibró el curso de la brega y hasta pudo conseguir el empate.
El final de los primeros 45 minutos arrojó una ajustada diferencia a favor del local, que bien pudo ser igualdad si los atacantes de Central Argentino hubieran despojados de sentido de egoísta a sus intentos.
En el segundo tiempo la visita profundizó el protagonismo a pesar del equilibrio en la lucha del mediocampo, Delfino y especialmente Ulises Bonaveri se convirtieron en armas efectivas de su accionar, mientras que Playosa fue más previsible en su réplicas.
La expulsión directa de Centeno (era para amarilla) fue significativa para el desarrollo posterior. El árbitro Martínez, con sus sorprendentes fallos y falta de entendimiento con sus colaboradores, pasó a ser protagonista, expulsó posteriormente por doble amonestación a Comba y, aplicando el mismo criterio que utilizó con Centeno, debió sancionar a uno o dos jugadores visitantes por fuertes intervenciones con negativa intención.
Los intentos cada vez más letales de Central Argentino y la superioridad numérica anticiparon lo que ocurrió posteriormente, cuando a los '32, luego de una jugada con pelota detenida, hubo una serie de rebotes en el área de Playosa y Luciano Giraudo con remate con pique al suelo logró el meritorio empate.
El equipo "albo" era un cúmulo de nervios, sufrió otras amonestaciones del conductor de la brega, quien también al final expulsó a Ferreyra del equipo visitante; un final conflictivo que nos hizo pensar en una conclusión anormal del partido.
El pitazo definitivo del árbitro determinó la igualdad que en el análisis integral puede considerarse justa, aunque Central Argentino contó con alguna oportunidad más propicia para llevarse los tres puntos.
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