Veinticuatro horas después de haber sido víctima de un asaltante, las empleadas de la pilchería Le Utthe, ubicada en Buenos Aires 1340, aún siguen “impresionadas”, según ellas mismas dijeron.
Ivana y Belén dialogaron con EL DIARIO y contaron como fue el hecho:
“Eran alrededor de las 18.30 cuando entró un muchacho, bien vestido, normal y se acercó al mostrador. Dijo que venía a buscar una prenda, un pantalón, a nombre de una persona”, recordó Ivana, quien trabaja en la caja y está embarazada.
“Me fijé entre las reservas, vi que no había nada y se lo dije, pero él insistía, por lo que volví a buscar.”
Mientras tanto, Belén estaba con una clienta en los probadores y veía la escena desde allí.
“Cuando vi que el tipo se asomaba sobre el mostrador presentí que algo no iba bien. Le dije a la clienta que llamara a la Policía por el celular, pero ella no lo tenía a mano”, aportó Belén.
“De pronto, el muchacho se levantó la remera y me mostró que en la cintura llevaba un arma. ‘Mirá lo que tengo acá, dame la plata’, me dijo. No sé si el arma era de verdad o de juguete, parecía de verdad. Sentí miedo y le entregué la plata. Cerca de dos mil pesos que había en la caja”, explicó Ivana.
“A mí y a la clienta nos llevó a la cocina y nos dejó allá. Nos dijo que no saliéramos de su campo visual y que no nos moviéramos. Le sacó a ella la cartera y el celular, arrancó el cable del teléfono fijo para que no llamáramos a la Policía y se fue”, recordó Belén.
Las empleadas recuerdan que el asaltante, en una primera instancia, se comportó como un cliente, tranquilo y amable; luego, el trato fue más enérgico y nervioso, pero no violento.
Incluso, mientras el ladrón revisaba la cartera de la clienta que estaba en el probador, entró otra mujer a comprar y no se dio cuenta de nada.
“Yo estaba como paralizada, no lo podía creer. Es la primera vez que me roban”, dijo Ivana.
El caco salió del local comercial y se dirigió hacia la esquina de Buenos Aires y 25 de Mayo de a pie. Iba a tomar un remise para darse a la fuga.
Por detrás de él salieron Belén y la clienta, persiguiéndolo.
“Yo salí gritando que detuvieron al ladrón, que no lo dejaran tomar el remise. Lo alcancé en la esquina y lo agarré de los brazos, ante la mirada de los curiosos. Pero él logró zafarse y salió corriendo por 25 de Mayo”, narró Belén.
“Lo perseguimos corriendo por 25 de Mayo hasta Corrientes, allí dobló y lo seguimos hasta Carlos Pellegrini. Allí lo perdimos. Pero en el camino tiró, o se le cayó, el celular de la clienta y lo recuperamos. La gente nos miraba pero nadie atinó a hacer nada; no sé si por indiferencia o porque estaba sorprendida”, concluyó el relato Belén.
“La verdad es que fue un susto muy grande”, cerró Ivana.