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Un centro. Maximiliano Carrasco acaba de enviar la pelota al área y el resto espera. Alumni merodeó, pero no pudo lograr el gol de la victoria |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
El clásico que se disputó ayer en Plaza Ocamo volvió a dejar en claro que, para seguir con vida en el torneo Argentino A, Alumni necesitará algo más que orden e intención de jugar.
El gol, esa emoción de la cual se nutren los grandes para lograr victorias, parece no salir de las entrañas del equipo villamariense, por eso ayer nuevamente la parcialidad fortinera se lamentó por lo que su equipo dejó escapar, más allá del mérito de Estudiantes de Río Cuarto, que se llevó un punto a su ciudad tras el empate sin goles.
Es válido remarcar que Alumni anotó dos tantos con sus dos centrales, aunque ambos fueron anulados por supuestas posiciones adelantadas, lo que dejó en evidencia que la localía ni siquiera ayuda para que un árbitro se equivoque a favor, precisamente, del equipo local.
En consecuencia, habrá que repasar por otras cuestiones.
En cuanto al juego, el equipo conducido por Rubén Agüero tuvo ayer otra fisonomía, por los cambios previos (esta vez jugaron de entrada Maximiliano Carrasco, Juan Aimar y Leandro Peñaloza) y la propuesta de utilizar a Lucas Godoy como media punta, liberado de la función de volante que debe retrasarse para marcar.
En principio, esa intención fue buena. A los 4 minutos, el diez envió una habilitación milimétrica para Herrera, aunque el delantero no pudo conectar de cabeza, ante la salida del arquero Mancinelli.
El propio Lucas Godoy llevó preocupación pisando el área para ganar tiros libres o captar centros, pero “no le puso tiza” para definir. De hecho, en una acción espectacular, vio un centro de Maximiliano Carrasco por derecha y sacó una media chilena, pero la pelota salió desviada.
Antes de esta acción, llegó la jugada dudosa del primer gol anulado, cuando Alexis Díaz marcó de cabeza llegando desde atrás en un tiro libre, pero el árbitro Raúl Lemos, a instancias del asistente Rubén Tapia, no convalidó.
Por entonces, Alumni ejercía algo de supremacía por la movilidad de sus hombres de ataque, pero Estudiantes dejó de ser dubitativo de a poco y, después de los 30 minutos, colocó las dos líneas de cuatro un poco más adelante para emparejar el partido.
De todas maneras, a la prolijidad táctica, el equipo de Hugo Mattea no le agregó agresividad en ataque. En realidad, no quiso.
Apenas llegó por un tiro de esquina, con un centro pasado que Juan Palandri no pudo conectar por el segundo palo.
Tras esa jugada, el propio Palandri provocó una acción de gol, pero a favor de Alumni, cuando perdió la pelota en la salida y Lucas Godoy, tras recibir el regalo, la quiso colocar al segundo palo, pero el arquero Mancinelli respondió con seguridad para atrapar arriba.
Parecía entonces que no había manera de convertir. Y así se acentuó en el segundo tiempo, cuando Nahuel Caler marcó luego de un tiro libre de Sebastián Godoy, pero Lemos volvió a anular a instancias del asistente.
La bronca de la hinchada local por esas dos jugadas puntuales que resultaron invalidadas pareció ocultarse a medida que Alumni aflojó en su rendimiento y no encontró los caminos rumbo al arco rival.
A los 15 minutos, una volea de Lucas Godoy (tras centro de Carrasco) pasó cerca del palo izquierdo y el “uhhh” de las tribunas se instaló hasta el final.
Ni siquiera el ingreso de Román Strada -con la idea de fortalecer el ataque por las puntas- fue suficiente para quebrar una resistencia riocuartense que estuvo lúcida, guiada por el grito de mando de Miguel Carrizo.
Encima, Alumni no se soltó demasiado. Tuvo orden para tratar de manejar la pelota, pero no se animó a darle una mejor compañía a los atacantes, más allá de alguna aproximación de Matías Bolatti o Juan Aimar. De hecho, un pelotazo para Carlos Herrera resultó la última situación importante, cuando el delantero sacó un remate de zurda que salió apenas afuera.
Tras esa acción, desde la tribuna de cemento bajó un insulto generalizado para los jugadores, que fueron superados por la ansiedad y la desesperación por lograr lo que hace tiempo no se logra: un triunfo.
“Pongan hueeevos, que no juegan con naaadie”, cantaban los hinchas de Alumni, mientras Estudiantes se defendía con prolijidad.
Los jugadores pusieron sacrificio. El problema pasó por otro lado, aunque -a esta altura- parece que nadie sabe cuál es el problema de Alumni.
La figura
Dentro de un partido sin grandes individualidades, sobresalió la seguridad del central Miguel Carrizo, en Estudiantes. No obstante, el resto de la defensa del visitante también cumplió, sobre todo porque los dos laterales no tenían continuidad ni estaban acostumbrados a actuar en esa función.
En Alumni, la última línea tampoco cometió prácticamente fallas, algo de lo que explica un poco el resultado del encuentro.
El árbitro
Escribe: Jorge Candia
(instructor nacional de árbitros)
Un equipo arbitral y una escuela que los acompaña. La lectura que hizo el árbitro asistente número uno, Rubén Tapia, es coincidente con lo que la letra fría de la regla once marca: "Interfiriendo a un adversario significa impedir que un adversario juegue o pueda jugar el balón, obstruyendo el campo visual o los movimientos del adversario o haciendo un gesto o movimiento que, a juicio del árbitro, engañe o distraiga al adversario".
Tapia consideró que hubo dos jugadores en posición fuera de juego que, si bien no tuvieron contacto con el balón (quien cabeceó, Díaz, estaba en posición lícita), obstruyeron el campo visual del adversario, en este caso, del arquero.
En el segundo gol anulado, a instancias de Gonzalo Pedro (segundo asistente), lo que se debe apreciar es el momento en el que el balón parte. Si hay rebote en un jugador adversario, la regla no habilita. Se sigue teniendo en cuenta la posición en que estaba el jugador en el momento que partió el balón. En este caso, Pedro consideró que Nahuel Caler (autor del gol) estaba por delante del penúltimo jugador de Estudiantes. Raúl Lemos siguió las recomendaciones de la escuela de no cargarse de amarillas, siendo que el partido lo seguía con total conducción y él dio a entender que la amonestación no era necesaria en forma consecutiva. Por eso logró una conducción sin conflicto, más allá de algunas jugadas puntuales por cuestiones de apreciación.
Alumni 0
Ronco 6
Peñaloza 6
Caler 6
Díaz 6
Reano 6
M. Bolatti 5
S. Godoy 5
J. Aimar 5
Carrasco 5
L. Godoy 5
Herrera 5
DT: R. Agüero
Estudiantes 0
Mancinelli 6
Bogni 6
Carrizo 7
Palandri 6
A. Rodríguez 6
Bottino 5
Pérez 5
López 5
Aimar 4
N. Rodríguez 4
Búffali 5
DT: Hugo Mattea
Cambios: 23’ ST Strada x Carrasco (A) y Chiaretta x López (E); 35m ST Uranga x Búffali (E).
Amonestados: Caler (A); Bottino y A. Rodríguez (E).
Jugado en: Plaza Ocampo.
Arbitro: Raúl Lemos (San Juan).
Público: 2.600 personas, aproximadamente.
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