En Villa María tiene a su amigo Elvio Beletti, a quien estima mucho. Y fue precisamente el ex dirigente de Alumni quien lo invitó a la cancha el domingo, como para revivir momentos y reencontrarse con el fútbol nuestro.
Pedro Catalano, el hombre en cuestión (foto), finalmente tomó el auto y, junto a su señora, pasó unos días en la ciudad que durante más de un año lo tuvo como técnico reconocido y habitante ejemplar.
Es que la humildad y el profesionalismo de quien supo ser uno de los arqueros encumbrados del fútbol argentino, entró fuerte en el corazón de los hinchas de Alumni, pero también de sus vecinos y de quienes lo conocieron de cerca. Por eso el “Flaco” recuerda con cariño a la ciudad, a pesar que por gajes del oficio debió vivir luego en Salta (dirigió Gimnasia y Tiro), Río Cuarto (Estudiantes), Rosario (en las inferiores de Central) o Paraguay (en Guaraní), previo paso por las categorías menores de Lanús.
Hoy, quienes lo conocen de cerca se sorprenden porque Pedro es un desocupado más, pero el propio técnico, sentado en un café, tranquilo, en diálogo con este matutino explicó: “Son momentos, lo que pasa que uno se pone ansioso, pero a veces hay que esperar, las cosas no se dan, aparte hay que ver en qué época del año sucede eso, ya que por ahí se hace difícil comenzar a dirigir en esta etapa del año”.
Y agregó: “Cuando vine de Paraguay casi todos los clubes de los torneos Argentino A y B estaban por arrancar con sus planteles, se encontraban de pretemporada, y en Buenos Aires también. Por eso se hace difícil tener disponibilidad”.
El mejor recuerdo
Más allá que pareció que no se fue bien de Alumni, cada vez que viene muestra que tiene grandes recuerdos de Villa María.
-“Sin dudas. Todo lo que me pasó acá fue positivo desde el punto de vista laboral y humano porque gracias a Dios me encontré con un montón de gente que me abrió los brazos y se portó muy bien conmigo. Eso hace que uno vuelva. Además, a pesar que vengo poco por las distancias, estoy en contacto permanente, a través del teléfono y de la página de EL DIARIO por Internet.”
¿Y la gente todavía se acuerda bien de usted por acá?
-“Sí, además en cualquier lugar el que se acuerda mal no te lo dice, te ignora y punto, pero en realidad acá no tuve problemas con nadie. El problema que pudo haber surgió por una cuestión estricamente laboral, algo que para mí ya pasó. Igual me gusta reconocer y agradecer a la persona que me dio trabajo en su oportunidad porque así debe ser, y en este caso fue Adrián López.”
Usted pasó por diferentes niveles y divisiones del fútbol, incluso acá dirigió en la Liga. ¿Eso le dio cierta versatilidad para trabajar?
-“Sí, acá vine tras un momento anímico muy malo que padecía, por eso agradezco la oportunidad que me dieron. Y así se dio una nueva experiencia porque dirigir la Liga es todo un nuevo desafío para una persona que viene de Buenos Aires, ya que se encuentra con un montón de falencias o cosas a las que uno no está acostumbrado, pero hay que adaptarse. Y es curioso porque después me tocó las inferiores de clubes de primera o trabajar en Paraguay con el arquero de la selección, Joel Silva. Son cosas que pasan de repente en la profesión, pero es bueno para uno porque se abre un abanico que te permite manejar situaciones distintas.”
Entonces si algún día viene un club de la zona que juegue en cualquier Liga y dice: quiero a Catalano. ¿Usted viene?
- “No tengo problemas, en tanto y en cuanto ese club tenga ambiciones de trabajar, de hacer cosas y de contar con un proyecto interesante. Así sería bueno, aparte creo que tomar el ejemplo de Alumni sería positivo para otros clubes.”
¿Y en Buenos Aires se complica?
- “Allá es distinto. Es una vorágine donde siempre está primero el resultado, donde no hay códigos, los trabajos se consiguen serruchando el piso de quien está dirigiendo. Es una carnicería y lo viví en carne propia las últimas semanas, cuando fui a ver a Talleres de Remedios de Escalada, donde trabajaba mi hijo (Gabriel, preparador físico) y el equipo no anduvo muy bien. Entonces veía en la tribuna a los técnicos que se ofrecían ante los dirigentes. Todo eso es muy feo, no me prendo en esa actitud de meter ficha para que saquen a un técnico y pongan a uno.”
Entonces usted vino a ver a Alumni en la primera fecha para no quedar mal.
- “Por supuesto, esas cosas jamás se me cruzan por la cabeza, ni se me ocurrió. Ojalá que el técnico que está en Alumni dure todo el contrato y que le vaya bien porque será mejor para el club y para la ciudad.”
Aquella campaña
En materia de resultados, usted marcó el inicio de una etapa importante de Alumni en torneos nacionales; eso no es poco.
- “Creo que con el tiempo el jugador se concientizó de muchas cosas, de cómo debía manejarse. Ya pasaron cinco años, sigo teniendo contacto con ellos y me hablan de cosas que les dejé. Es una satisfacción que me digan eso, pero sin dudas que la campaña que hicieron esos chicos cuando yo estaba fue un puntapié importante porque, a fin de cuenta, si bien perdimos esa final, se terminó ascendiendo (el equipo villamariense, por resultados, fue invitado a jugar el Argentino B Vip antes que Sportivo Belgrano de San Francisco). A partir de ahí también se logró otro tipo de apoyo económico porque vinieron jugadores con otros nombres, se armó un plantel fuerte. En cambio nosotros luchamos con un 50% de chicos de la Liga y creo que se hizo bastante.”
Berardo comentaba que, en aquel tiempo, no tenía la misma motivación que después logró para finalmente llegar a Juventud Antoniana. ¿Lo recuerda?
- “Sí, lo que pasa que a veces uno deja sus conceptos y, con el tiempo, el jugador empieza a rebobinar y se da cuenta de las cosas. En ese tiempo daba la sensación que se lo exigía más de la cuenta, incluso él trabajaba y no veía con buenos ojos dejar lo que tenía por el fútbol, era joven... Me alegra que a Marcelo le vaya bien.”
En cuanto al trabajo que tuvo en inferiores de diferentes equipos, ¿observa ahora a “jugadores hechos” que dirigió y que le dan satisfacción por el trabajo que hizo?
- “Sí, hay varios. El domingo me sorprendí porque me encontré con un chico de Talleres de Perico, Juan Gómez, a quien dirigí en la cuarta de Rosario Central, un equipo que ganó el torneo de la AFA. En realidad ese equipo era del ‘Topo’ Riquelme, pero cuando él pasó a primera me hice cargo también de ése y tenía dos divisiones. Y este chico Gómez estaba... Por ahí se produce esa situación, pero es cierto que hay que apuntar en esos lugares, donde hay chicos que están tapados, que no tienen posibilidad de pegar el salto a primera por diferentes
circunstancias.”
Respeto
Con Catalano, un Alumni con muchos jugadores locales llegó a la final del viejo Argentino B. Pero el técnico no habla de la actualidad y, consultado sobre cómo vio al equipo el domingo, respondió: “No me gusta opinar del equipo cuando hay un colega trabajando”. Además dijo desear que a Magistretti le vaya bien.
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