|
|
|
|
|
|
|
Una réplica del Ford Falcon con el que corría Cabalén. El vehículo formó parte del homenaje y la familia de Cabalén, su esposa, sus hijos y nietos |
|
|
|
|
|
Escribe:
Diego Pellegrini
Cuando uno va repasando la gran cantidad de homenajes que se llevaron a cabo desde la desaparición física de Oscar Cabalén, siempre pensó que aún le debían el de Ballesteros (donde vivió una parte de su vida). Allí su familia había cosechado innumerable cantidad de amigos, incluso su señora fue maestra en la localidad, pero esa deuda se canceló el pasado domingo.
Finalmente la Municipalidad y la comunidad, con el intendente Ludovico Anastasia, lo llevó a cabo, en un encuentro donde no faltó nadie de la localidad y la familia de Oscar Cabalén dijo presente. Estuvieron Ketty Aviani (esposa), sus hijos Marisa y Gustavo, todos acompañados por nietos y demás familiares. También participó de la comitiva Horacio Pedernera (el último acompañante que tuvo Oscar).
Todo comenzó con una caravana de autos del TC donde estuvo la réplica del Ford Falcon con el cual Oscar Cabalén ganó la Vuelta de Córdoba, que se disputó en Oncativo. También se asociaron dos autos que también corrieron en esa carrera, el Chevrolet ex Mario Tarducci y el Torino Liebre 1 y 1/2 ex Jorge Ternengo.
Los autos y motos antiguas, también se sumaron, hubo representantes de la Asociación Villamariense de Vehículos Antiguos y también de los clubes de Laborde y Bell Ville. Después de las palabras de bienvenida a cargo del Intendente, la comitiva se dirigió a un salón de usos múltiples donde se sirvió un lunch para todos lo presentes.
Seguidamente fue presentado la segunda edición del libro “Oscar Cabalén – El Idolo”, escrito por Eduardo Gesumaría (“Sprinter”), que debido a una enfermedad que lo está aquejando no pudo estar presente. La ceremonia fue dirigida por Roberto Alasia (Periodista de Radio Villa María), compartiendo la mesa de cabecera con el intendente Ludovico Anastasia, Oder Actis, Horacio Pedernera y el historiador del automovilismo Adolfo Carlströn, la señora de Oscar Cabalén y su hijo Gustavo.
En ese momento Anastasía manifestó a todos los presentes la alegría de poder haber llevado a cabo este homenaje. A su turno la señora Ketty, sus hijos Gustavo y Marisa también definieron el rol de padre de Oscar; Pedernera contó algunas anécdotas del “Califa”, todo mechado por apuntes de Alasia. El cierre estuvo a cargo de Carlströn con una muy sentida página del recuerdo sobre Oscar Cabalén.
@Diálogos
Cada uno de los familiares y amigos dejaron detalles importantes a EL DIARIO, sobre la vida de Cabalén: Ketty Aviani (su esposa): quién estuvo mimada por sus ex alumnos, dijo, “yo escuchaba las carreras por radio tirada en el suelo y cuando Oscar abandonaba o terminaba apagaba la radio”. Además manifestó que “cuando salíamos de viaje, él siempre andaba rápido a 150 a 160 kilómetros y yo iba tejiendo algún suéter para distraerme. Alguna vez andando en moto me perdió de lo rápido que iba, además era un apasionado por las competencias, yo siempre, a pesar del miedo que tenía porque algo le pasara, lo apoyaba”.
Marisa Cabalén (su hija) “a pesar de las competencias no dejaba de controlar todo, nosotros teníamos una persona que nos llevaba a la escuela. Se llamaba Moasir y siempre le indicaba que anduviera con cuidado, además no puedo olvidarme que apenas terminaba las carreras se volvía rápido a casa. No estaba en la entrega de premios, quería reunirse con la familia. Llegaba y nos preparaba algo para cenar, no puedo olvidar los tradicionales lomitos que nos hacía”.
Gustavo Cabalén: “No quería que la familia lo acompañara a las competencias, porque cuando fuimos todos a verlo tuvo un accidente, por eso prefería que se quedaran en casa. No obstante, yo por ser el hijo mayor lo acompañaba. Me llamaba la atención lo perfeccionista que era, no dejaba nada de lado”.
Horacio Pedernera (su último acompañante): “No me olvido nunca, él sabía andar recorriendo el camino de noche cuando todos descansaban para tratar de encontrar las mejores referencias. Me sabía pasar a buscar a las 6 de la mañana y nos íbamos a probar el auto en el cruce en el Cuadrado o en el Pan de Azúcar, después volvíamos y se ponía a trabajar en su actividad comercial, por otra parte en la última carrera en Oncativo salimos a caminar después de cenar el sábado previo a la carrera y cuando pasábamos por el centro en lo que hoy es la ruta 9 había dos badenes pronunciados, él me dijo tenemos que pasar por acá que es menos pronunciado. Lo aplicamos el domingo y cuando bajamos a la tierra en la primera pasada ya estábamos primeros, para él no servía ser segundo, corría para ganar, era el único resultado que le importaba. Yo nunca vi una persona que manejara como él, a pesar que después acompañe a pilotos de la talla de Eduardo Rodríguez Canedo, Paco Mayorga, Eduardo Casa, Rodolfo de Alzaga y Tulio Riva, pero ninguno fue como Oscar”.
Toda la localidad de Ballesteros, cumplió con el homenaje a Oscar Cabalén, la familia agradecida. Seguramente desde allá arriba Oscar se adhirió acelerando a fondo el auto de carrera que tenía a mano, no importa cual, siempre manejó de la misma manera tanto en las competencias como en la vida.
Otras notas de la seccion Deportes
El peor Agosto de su vida
Argentino, campeón
Jockey no pudo con Athletic
Otra victoria del "Sanmar"
Villa María, subcampeón
|