La endometriosis implica la localización heterotópica -fuera de lugar- del tejido que normalmente reviste el útero por dentro, llamado endometrio, y que posteriormente se implanta y crece fuera de él. Estos focos de tejido endometrial responden mes a mes igual que el endometrio a las hormonas que producen el ciclo menstrual de la mujer.
Afecta a millones de mujeres alrededor del mundo y está fuertemente asociada a casos de infertilidad o subfertilidad. Se estima que del 25% al 50% de las mujeres infértiles tienen endometriosis (EDT) y a la inversa, que del 30% al 50% de las mujeres con EDT son infértiles.
La endometriosis concentra una gran atención por parte de investigadores y médicos, especialmente aquellos que estudian a los pacientes con trastornos reproductivos. Existen numerosas publicaciones, sociedades y congresos dedicados exclusivamente a esta patología.
La endometriosis es una enfermedad común que puede afectar a cualquier mujer desde el momento de su primer período hasta la menopausia.
Representa una de las principales causas de infertilidad femenina y puede también afectar a la mujer para el desempeño diario en su vida de relación y/o en el ámbito laboral, especialmente por el dolor perimenstrual que produce perdidas de horas de trabajo.
En una reciente encuesta realizada por nuestro grupo entre mujeres que consultaron en centros de infertilidad se halló que casi todas las encuestadas dijeron que el dolor pélvico fue uno de los primeros síntomas de endometriosis en toda su vida. El 82% tenía sólo dolor al menstruar, el 45% cierta molestia al ovular y el 70% tenía también dolor fuera del período menstrual. Además, el 55% de las mujeres informaron sangrado abundante.
La media del tiempo promedio desde el inicio de los síntomas hasta la primera búsqueda de atención médica fue de 4,2 años. El tiempo promedio desde la búsqueda de atención médica hasta recibir un diagnóstico de endometriosis fue 4,0 años.
Más de dos terceras partes de las mujeres informaron que sus síntomas comenzaron durante la adolescencia.
Las causas de la EDTs causas no se conocen con exactitud y existen varias teorías al respecto.
Es posible que las sustancias químicas liberadas en las áreas afectadas por la endometriosis irriten y afecten las gametas -óvulos y espermatozoides- o el embrión. También puede producir daños mecánicos alterando el normal funcionamiento de la trompa y los ovarios.
Además de afectar comúnmente la fertilidad, otro síntoma habitual de la endometriosis es el dolor, principalmente en el abdomen, en la parte baja de la espalda y en la pelvis. La intensidad del dolor que una mujer siente no está relacionado con cuánta endometriosis padece.
La EDT se presenta generalmente durante la vida reproductiva de la mujer con síntomas característicos: dolor menstrual o pelviano crónico, quistes de ovario característicos o infertilidad. También clínicamente se sospecha frente a dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), pero muchas veces es una enfermedad con desarrollo silente, es decir que la paciente es asintomática y a menudo se diagnostica sólo cuando se la busca por esterilidad o se realiza una cirugía pélvica por otros motivos.
Para hacer un buen diagnóstico en primer lugar debe existir la sospecha clínica ante la presencia de dolor menstrual, presencia de una masa anexial y/o infertilidad. A veces pueden utilizarse estudios por imágenes para visualizar el interior de la pelvis -especialmente los ovarios- y así localizar las áreas más grandes de endometriosis. Los más comunes son la ecografía y la resonancia magnética. En general son poco eficaces en estos casos.
El diagnóstico preciso y definitivo se obtiene mediante una laparoscopia que es un proceso quirúrgico mínimamente invasivo realizado bajo anestesia, en el cual el médico puede detectar y tratar en el mismo acto la presencia de tejido endometriósico.
Aprovechando que la laparoscopia permite observar con exactitud su ubicación, tamaño y extensión, la endometriosis debe estadificarse. Tiene cuatro estadíos y de esto dependerá el tipo de tratamiento y el pronóstico.
Existen varios tipos de tratamientos que permiten paliar sus efectos, especialmente los vinculados a la infertilidad y subfertilidad y a los síntomas de dolor. Un correcto diagnóstico por parte del médico y un buen diálogo entre ambos logrará consensuar la mejor opción para cada caso.
En el caso de las pacientes que no desean embarazarse, pero que necesitan un tratamiento para su enfermedad, los médicos podemos dar un tratamiento con hormonas, como las píldoras anticonceptivas, la progesterona sola y agonistas de la hormona liberadora de la gonadotropina (GnRH, por sus siglas en inglés.)
No se recomienda sólo el tratamiento médico como manejo terapéutico de la infertilidad relacionada con endometriosis.
Normalmente, la cirugía por videolaparoscopia es la mejor opción para las mujeres con endometriosis extensa o que sufren de fuertes dolores.
Siempre es necesario tener en cuenta la edad de la paciente, la duración de su esterilidad, valorar su reserva ovárica, tener en cuenta el compromiso de la anatomía pelviana y observar la presencia de otros factores asociados como el factor masculino. Puede también utilizarse la fertilización asistida de baja o alta complejidad, según el estadío en que se encuentre.
Una enfermedad de estas características, provoca una fuerte carga emocional; frustración por la postergación del anhelo de dar a luz, tristeza, temor, enojo, confusión y en muchos casos disarmonía matrimonial y ostracismo social. Es importante acceder al apoyo necesario para enfrentarla, especialmente dentro del ámbito de la pareja y en lo afectivo y familiar. En algunos casos, particularmente ante diagnósticos de infertilidad o subfertilidad, será conveniente unirse a un grupo de apoyo para hablar con otras mujeres que están pasando por la misma situación.
También es importante conocer todo lo que pueda sobre la enfermedad, a través de su médico de confianza o a través de la amplia bibliografía permanentemente actualizada disponible a través de las principales organizaciones mundiales que investigan esta enfermedad.
Prof. Dr. Natalio M. Kuperman
Doctor en Medicina y Cirugía
Especialista en Medicina Reproductiva
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