El 15 de julio de 2008, alrededor de las 23, una banda asestó un duro golpe a una familia de Las Perdices. "Con fines furtivos y de común acuerdo", irrumpieron en la vivienda de los Lameiro, sita en Santa Rosa 779 de aquel pueblo. Dos encapuchados, con un revólver calibre 22 largo; otro afuera, en un automóvil Volkswagen esperando en las inmediaciones de la casa. Y una familia presa de la delincuencia.
Los dos ladrones revisaban la residencia cuando José Manuel Lameiro arribó junto a un vecino. El dueño de casa ingresó por el garaje, su acompañante por la puerta delantera. En la cocina, éste fue sorprendido por los delincuentes, que le dieron un golpe de puño y le exigieron dinero.
Los delincuentes lo obligaron a tirarse al piso y luego sorprendieron al propietario de la vivienda, a quien amenazaron con un martillo. También lo llevaron a la cocina y lo hicieron acostar en el piso.
En este cuadro, ingresó Sergio Lameiro, hijo del jefe del hogar, con un arma de fuego. Los ladrones comenzaron a disparar y uno de ellos resultó herido, no obstante ello se dio a la fuga con su compañero de andanzas por el patio, con dinero robado.
En Dalmacio Vélez había ocurrido algo similar tiempo antes. El 6 de junio de 2008, alrededor de las 19.30, una banda de tres personas -con otra en un Volkswagen, apoyando desde el exterior- copó la residencia de la familia del abogado Ricardo José María Vera y de la concejala Celia Fabiana Galvalisi, ubicada en calle Santa Fe 319. Con dos revólveres, redujeron a sus moradores: el citado matrimonio, la madre del abogado y los tres hijos de la pareja, todos menores. Se llevaron más de ocho mil dólares, mil pesos, variados objetos y amenazaron de muerte al dueño de casa. Los maniataron con cinta de acetato y huyeron.
Por estos dos violentos sucesos y otros delitos, ayer la Cámara del Crimen de Villa María comenzó a juzgar a Roberto Carlos Arnaudo, Néstor Fabián Ceballos, Gerardo Antonio Deheza y Daniel Alberto Fernández, todos oriundos de General Deheza.
El juez Héctor Fissore abrió el debate alrededor de las 9.30 de la mañana. Se sabía que el fiscal Francisco Márquez había llegado a un acuerdo con la defensa de los imputados, lo que le imprimía al proceso el carácter de abreviado.
Sin embargo, a poco de comenzada la audiencia, las cosas se modificaron, lo que sorprendió -se notó sobremanera- a los letrados y al propio acusador público.
No obstante, las partes acordaron incorporar toda la prueba -de la causa instruida por el fiscal Félix Martínez- por lectura, sin la oralización en el recinto, y pasar a los alegatos, tras las declaraciones de los cuatro hombres que son juzgados.
Y la sentencia se conocerá mañana a las 9 de la mañana: el fiscal Márquez solicitó la pena de 10 años de prisión para Arnaudo (por robo doblemente calificado y robo calificado) y la unificación con una sentencia de 2003 en 11 años y 6 meses; 8 años y multa de dos mil pesos para Ceballos (por robo doblemente calificado, robo calificado, encubrimiento y tenencia de arma de fuego), 8 años y declaración de reincidencia en el caso de Deheza (por robo doblemente calificado y robo calificado), unificada con otro fallo en 8 años y 6 meses, y 4 años para Fernández (por robo calificado y encubrimiento).

@Los acusados buscaron instalar la idea de inocencia

Los cuatro imputados buscaron ayer mostrarse inocentes, en el inicio del juicio. Uno, se tiró contra la Policía. Tres de ellos no aceptaron responder preguntas de las partes. Lo que sigue es una síntesis de sus declaraciones:
• Roberto Arnaudo. "Fernández es un pibe que trabaja. Deheza nunca participó en el hecho de Las Perdices. Yo reconozco mi participación, yo estuve. Pero ninguno de ellos estuvo esa noche conmigo". Se abstuvo de declarar respecto al robo en Dalmacio.
• Néstor Ceballos. "No participé en ningún hecho. Todo fue puesto y armado por la Policía. Creo que Fernández no tiene nada que ver, no es un chico que va a andar haciendo algo malo. Doy fe, no parece ser un mal chico y es laburador".
• Gerardo Deheza. "Fernández no tiene nada que ver con estos hechos. Dios sabe que no es así. Sólo tomó el trabajo de reparar el auto de Ceballos (ver Otros delitos), vinieron a buscar unos respuestos y allí los agarraron. Yo participé en (el robo de) Dalmacio y pido perdón ante Dios. Estuve mal, lo hice por necesidad. Pido perdón, espero no haberle hecho daño a sus hijos (dijo mirando al querellante) ni mental ni físicamente. No tuve intención de dañar, menos a un menor. Cometí ese error y estoy arrepentido. Arnaudo no estuvo en este hecho. En cuanto a lo ocurrido en Las Perdices, no participé. A esa familia (víctima) la conozco y yo sería incapaz de ir a robarles, porque me han dado una mano anteriormente. Ante Dios les digo".
• Daniel Fernández. "No tuve nada que ver, nunca salí a robar. Tendrán que culpar al que realmente fue (el autor), que está en la calle. Entiendo la bronca de las víctimas, pero yo a la plata me la gané trabajando. Sí reconozco el encubrimiento. Ceballos me había dicho que venía a comprar un arma a Villa María".
Este último aceptó preguntas.