Mientras se aguarda que España disponga la extradición de Maximiliano Eve, para que sea indagado por el fiscal de Instrucción Daniel Del Vö, un nuevo testigo podría reafirmar la principal vía de investigación por la que transitan las diligencias ordenadas desde el edificio de General Paz al 300 de esta ciudad.
“Sebastián Eve sigue en Bouwer y está absolutamente atado al caso, luego que lo reconocieran tres testigos directos. Y su hermano, también imputado por el intento de asesinato de (Alejandro) Roganti, más tarde o más temprano, llegará a Villa María, porque está a buen recaudo en España... El asunto presenta su complejidad, ya que tiene que responder por delitos cometidos allá, pero la resolución del trámite no puede tener secretos ni sorpresas. Ese tema está controlado... Ahora esperamos un testigo que parece importante.” Las palabras pertenecen a una fuente allegada al caso, ante la consulta de EL DIARIO sobre la marcha de la causa.
- ¿De quién se trata?
- No conviene anticipar.

A pesar del hermetismo, se pudo saber que este testimonio reforzaría la “vía sindical” que domina la investigación, de la cual es sólo una muestra el allanamiento practicado el Día de los Trabajadores en la Sede del Sindicato de Luz y Fuerza que conduce Eduardo Brandolín.
Por el mismo trazado circula un intercambio telefónico entre los Eve y un aparato corporativo del gremio. Como también apunta en ese sentido el mensaje intimidatorio grabado por Brandolín en el contestador del celular del dirigente lucifuercista Héctor Acedo, quien se lo acercó a Del Vö.
Y el testimonio que se avecina “podría acelerar una determinación que se viene demorando”, arriesgó la fuente.
- ¿Alguna imputación?
- (Silencio).

En realidad, el abogado de Roganti, Luis Juez, viene respetando acabadamente los pasos que se dieron desde la Fiscalía. “La querella ha sido prudente y habrá que ver si permanece en esa postura” si el nuevo testimonio “apunta” otra vez en la misma dirección.
A mediados de setiembre se cumplirán cinco meses desde que Roganti recibió cinco disparos de una nueve milímetros en la puerta de su casa de barrio Rivadavia.
El hecho sacudió a la sociedad local, y a muchas de sus entidades. La intriga llevó a investigaciones paralelas, algunas de las cuales se sitúan en los márgenes del poder político.
Como se sabe, Roganti formaba parte de la conducción de la Sede Central Villa María de LyF, cuando denunció ante los cuerpos orgánicos una maniobra oscura en el traspaso del transporte de gas que Generadora Córdoba (también comandada por Brandolín) realizó en favor de los grupos AGD y Bunge. A ello sumó datos sobre tres costosas propiedades adquiridas por el citado Brandolín, quien habría justificado las compras en una herencia recibida por su esposa y un préstamo que le realizó un amigo.
El Estado cordobés no puso obstáculo para aquel “cambio de provincia” del negocio del gas (se fue a Santa Fe), un bien escaso y por ello preciado.
El ministro de Obras y Servicios Públicos era Carlos Caserio, el mismo que ahora ocupa la cartera de Gobierno.
Hay, en el grupo de entidades que trabajan por el esclarecimiento del intento de asesinato, quienes hablan de una amistad entre Caserio y Brandolín; inclusive aluden a un fuerte aporte impulsado por este último (no llegaría a las seis cifras y estaría asentado en libros), a la campaña de Unión por Córdoba.
De cualquier manera, por el momento Del Vö ha reconocido un apoyo a la investigación de parte del Estado, personificado en el fiscal General Darío Vezzaro.
Mientras se avance hacia los autores intelectuales, hacia quienes contrataron a los Eve para matar a Roganti, todo parece indicar que la sociedad en su conjunto arribará al puerto firme de la Justicia. En caso contrario, algunos ya piensan en agitar las aguas para que se moje más de uno.