“Cuesta creer que un agua que tiene aspecto cristalino, sabor y olor correcto, puede no ser segura. Sin embargo, la realidad es que en muchas regiones del país el agua de suministro público tiene elevados niveles de arsénico (As). Según el estudio “Epidemiología del hidroarsenicismo crónico regional endémico en la República Argentina” realizado por el Ministerio de Salud de la Nación, la Asociación Toxicológica Argentina y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable en 2001, se estima que más de 3 millones de argentinos están expuestos a concentraciones de arsénico superiores a 0,05 mg/L”. Así comienza el informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), en el que explica un método desarrollado para “abatir” el arsénico en el país.
Cabe recordar que Villa María tiene niveles superiores a los permitidos por el Código Alimentario Argentino y todavía no se ha avanzado en la búsqueda de soluciones.
Dado que la mayoría de la ciudad tiene agua de redes provista por la Cooperativa 15 de Mayo, es esa institución la responsable de avanzar en la reducción del arsénico, dado que según la Legislación argentina es la responsable legal de la calidad de agua distribuida en los domicilios.
Es por ello que seguramente puede tomar nota del informe del INTI, que ofrece un sistema sencillo de reducción y que se puede adaptar tanto a domicilios, como a redes. Y en el primer caso, también es aplicable a la zona rural que carece de energía eléctrica.
El método es relativamente sencillo: se basa en el método de coagulación-filtración y establece un sistema por el cual primero se analiza el agua del lugar, se instala el dispositivo donde se coloca el agua y químicos específicos. Luego se bate y se deja esperar una hora para que esté libre de arsénico.
“Es importante tener en cuenta que no existe una solución aplicable a todas las poblaciones por igual”, aclaran desde el INTI.
“Para las poblaciones con sistema de distribución de agua por red existen varias tecnologías desarrolladas y aprobadas para plantas de abatimiento de arsénico. Las más empleadas son la de coagulación-filtración y la de ósmosis inversa. Otras tecnologías utilizadas con menor frecuencia son la de adsorción y la de intercambio iónico mediante el uso de resinas.
Para las poblaciones sin sistema de distribución de agua por red, el diseño y tipo de dispositivo de tratamiento, así como el lugar de aplicación del mismo, dependen fundamentalmente de la calidad y la cantidad del agua a tratar.
Para la zona rural, donde no llega la distribución de agua por red, se diseñó un dispositivo para la remoción de arsénico que emplea la tecnología de coagulación-filtración. Se trata de un sistema económico y sencillo de operar que no necesita energía”, concluyen desde el INTI.
El informe completo se puede ver en www.inti.gob.ar/quimica/pdf/asenagua.pdf

Villa Nueva: Más cerca de lo exigido por la OMS

La Cooperativa de Agua de Villa Nueva está trabajando para reducir el nivel de arsénico, alcanzando la meta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Código Alimentario Argentino.
Dado que la urbanización de esa ciudad crece, comenzaron a hacer pozos nuevos a 170 metros de profundidad, donde el agua sale con bajos niveles de arsénico.
De los seis pozos existentes en Villa Nueva, cuatro están a esa profundidad, lo que significa un avance para lograr los niveles exigidos por la OMS.
Estiman que en el corto plazo harán más perforaciones profundas, clausurando las antiguas, a los efectos de completar los trabajos de reducción de arsénico y de ampliación de los litros disponibles.