Escribe: Daniel Cerutti

Nueve de Julio se llevó un claro triunfo en su visita al campo “albo” porque estableció un esquema ofensivo más jerarquizado y un planteo más sólido de juego con individualidades más efectivas y precisas que su oponente, aparte de exhibir una estructura expresiva, organizada y contundente en todo el partido.
Acicateados por el viento favorable, fue el visitante quien tomó la iniciativa con presencias más constantes de Emanuel Coria y Olmos, quienes mantenían una comunicación continua con sus delanteros, que al principio no tuvieron oportunidad de llegar a posiciones de gol por las cerradas marcación adoptada por la defensa del local.
En Playosa, Ariel Berterame era la única figura que mantenía criterio futbolístico en zona central, donde la supremacía numérica y dinámica del huésped marcó diferencias.
El mejor concepto futbolístico del elenco visitante dio sus frutos a los 15 cuando luego de una falta de Zárate a 30 metros del arco de Rabino, el tiro libre efectuado por Olmos se desvió en un jugador local y en su trayectoria fue conectado por Alejandro Salinas, quien venció la oposición del arquero, sorprendido por la rapidez de la acción. El 1-0 fue un mérito indudable del equipo de Martín, que supo establecer un nivel de juego congruente y concreto que le dio réditos rápidamente. A partir de entonces y lejos Playosa de adoptar los recaudos necesarios, el “patriota” manifestó clara supremacía en la zona de organización, logrando conformar un esquema de suficiente fortaleza para superar a un local confuso y sin orientación.
Luego de varias acciones de peligro frente a Rabino, en una jugada aislada -tras una infracción de Cavagliá- a los 26 minutos, el tiro libre de Velasco doblegó las manos de Olivero, la pelota continuó su curso y antes de ingresar al arco fue conectada a la red por José Semenzín, logrando un sorprendente e inmerecido empate para la escuadra anfitriona.
Con el empate tuvo una ligera mejoría el elenco “albo”, siempre basado en el criterio que puso Berterame, quien por momentos establecía equilibrio en el desarrollo, aspecto que no impedía la actitud de 9 de Julio, siempre peligroso en sus réplicas. A los 41 minutos, nuevamente los “patriotas” pasaron al frente cuando en una muy buena opción ofensiva Emanuel Coria conectó de cabeza un centro de Cabalía, ubicando el esférico en ángulo imposible para Rabino, estableciendo una diferencia que era definición objetiva de lo que acontecía en el campo de juego.
En el complemento, aún con la presión del viento en contra, el equipo de Martín fue superior, incluso con un dominio más evidente que en el período anterior, a pesar de lo que aparentó el “albo” cuando al inicio exigió en dos o tres ocasiones a la estructura defensiva rival.
Luego del tercer gol de Ismael Rodríguez prolongando con un sombrerito perfecto solo frente a Rabino una correcta habilitación de Salinas, todo se simplificó para 9 de Julio porque Playosa pasó a ser una fuerza difusa y heterogénea, con serios problemas en el traslado y en la presión ofensiva.
De esta manera, el sistema de vínculos entre defensa, mediocampo y ataque que mostró el ganador en grandes pasajes certificó con creces la perspectiva de un marcador favorable, que finalmente se plasmó con toda justicia al final del tiempo reglamentario.