Señores de EL DIARIO

De mi mayor consideración:
Lamentablemente hoy, lejos de mi labor habitual, debo escribir para defender mi buen nombre de los términos utilizados por el vicepresidente del Sport Club Colón, quien se ha referido hacia mi persona con palabras que resultan ofensivas a mi dignidad y ética profesional.
En casi diez años que llevo cubriendo fútbol, nunca había tenido que llegar a este punto, pero bien dicen que “siempre hay una primera vez”.
Aún estando seguro de lo que he expuesto en mi crónica sobre el cotejo Colón-Argentino, creo que si usted no coincide conmigo, al menos debe darme el beneficio de la duda, máxime cuando el fútbol es un deporte que tiene mucho de apreciación. Además debiera informarse sobre cómo funciona un diario para saber que un periodista no necesariamente titula una nota y mucho menos un suplemento.
Cuando usted dice lo que yo debí haber escrito, lo único que hace es cambiar las palabras que usé para un mismo contenido. Por si no le quedó claro, de la forma en que me expresé o en la que usted quisiera que yo me expresase, tiene idéntico resultado: creo que no fue penal. Y el reclamo de los jugadores de Argentino existió.
Y si pudiese ver y analizar las cosas objetivamente, como yo trato de hacerlo en cada crónica, se habrá dado cuenta que líneas más abajo consigno un penal no cobrado a favor de Colón. Dado que usted no hace mención a ello, he de suponer que ahí sí me considera “un poco más responsable como para escribir en este medio”.
Sepa también que varios (no uno solo) hinchas de Colón coincidieron conmigo en que no existió la infracción. Como verá, no soy el único equivocado si es que usted es el dueño de la verdad o por lo menos cree serlo.
A lo largo de los años he aprendido a apreciar a su club y a querer y respetar a su gente. Soy un agradecido hacia los planteles y cuerpos técnicos que han pasado, quienes nunca me negaron una nota. Pero eso, del alambrado hacia afuera. Adentro, hago mi trabajo con toda la honestidad posible, por respeto a la gente que lee EL DIARIO y por respeto a los compañeros que, domingo a domingo, confían en mí para cubrir los partidos que se juegan en Arroyo Cabral.
Han pasado muchos dirigentes en su club en los años en que yo vengo ejerciendo mi profesión. Y otro tanto ocurrió en Rivadavia. Todos supieron soportar críticas y seguramente se alegraron ante algún elogio. También entendieron que, si hubo alguna discrepancia, nunca hubo mala fe de mi parte. Eso se llama “tolerancia”.
Muchos hinchas, y aún miembros de la comisión actual, me han enorgullecido brindándome su amistad desinteresada y que va más allá de lo que pueda escribir. Pueden coincidir o no conmigo, pero en un marco de tolerancia y pluralismo que usted no demuestra en esta oportunidad.
Pero sepa una cosa: mi dignidad y mi ética profesional fueron afectadas por sus dichos. Es por eso que, mediante estas palabras, decido presentar a EL DIARIO mi renuncia a cubrir partidos de Colón mientras usted sea vicepresidente del club. De esta forma, quizás a partir de ahora le toque algún periodista que le caiga en gracia. Si esa es la regla, conmigo no cuente. Verá y entenderá que su concepto y el mío acerca de lo que es “libertad de expresión” difieren irremediablemente, por lo que prefiero dar un paso al costado.
Por último, quiero agradecer profundamente las muestras de solidaridad de los trabajadores de EL DIARIO, que siempre me dieron total y absoluta libertad para desarrollar mi tarea y de la gente común que se sintió tocada por esta muestra de intolerancia ante una opinión distinta.

Fabio Morisetti
DNI 23838746
(Periodista deportivo egresado de la Escuela de Periodismo del Círculo de Periodistas Deportivos)