Los seres humanos estamos inmersos en un mundo que nos exige cambios y adaptaciones constantes relacionadas a las actividades de la vida diaria, ya sea en nuestro hogar, trabajo, etcétera. Esto conduce a que necesitemos a cada paso el uso de innumerables funciones o actividades funcionales, las que para su ejecución requieren de niveles de integración dados por todo un circuito complejo, que va desde la corteza motora pasando por el cerebelo, hasta llegar al segmento corporal que necesitamos mover para realizar dicha función o actividad funcional, esto está dado por una continua retroalimentación, ya sea del medio interno como del externo.
Este circuito muchas veces y más aún en la actualidad con constantes exigencias y presiones, genera un constante estrés, que es uno de los principales factores de riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular y otras numerosas patologías.
Entra en juego un grupo como el nuestro, para tratar de rehabilitar y reinsertar nuevamente a esa persona a la sociedad; para ello contamos con Equinoterapia que es un tratamiento complementario a la Neurorehabilitación, que se basa en los principios del neurodesarrollo, siendo el movimiento del caballo al paso el que nos ayuda a trabajar y a conseguir los objetivos terapéuticos buscados con cada paciente en particular.
El cerebro nos permite luego de una lesión entrar a él por medio de la plasticidad neuronal, que es la propiedad que tienen las neuronas de reorganizar sus conexiones sinápticas en respuesta a un estímulo. Este estímulo puede ser externo o interno. El sistema nervioso posee una gran capacidad plástica, que le permite recuperarse de las lesiones que se puedan llegar a producir y establecer nuevas vías supletorias, que nos posibilitan recuperar funciones y otorgar una mejor calidad de vida.
Lic. Valeria Gili
“Al Tranco”