Escribo con honda preocupación personal y familiar porque he sido víctima de un ataque a mi buen nombre y honor.
El pasado jueves 5 de noviembre en momentos previos a la última “Marcha de las antorchas”, alguien cobarde, sin firmar, desde la línea de celular 5493534207964 envió mensajes de texto a varios compañeros docentes delegados escolares de Villa María y Villa Nueva con quienes comparto como uno más el espacio de autoconvocados, diciendo la mentira de que el dinero con el cual compré mi moto (una Guerrero 110 usada, modelo 2004 que adquirí este enero en 2.000 pesos), proviene de un desvío de fondos de un programa nacional escolar.
El mensaje se completa así: “Con ésos se juntan ustedes”, con lo cual, más que denostarme a mí, se subestima también de manera increíble la capacidad de discernimiento de los demás docentes que asisten a las movilizaciones, los cuales lo hacen sin adherir a ningún color de lista, sin seguir a nadie y con el objetivo de más presupuesto educativo y democracia sindical.
El resto de esta parte del texto es irreproducible, no sólo también por su falsedad sino por su bajeza humana y no seré yo el encargado de esparcirlo por respeto a mi hija de 9 años con la cual vivo.
Hago público el hecho porque no se a cuántos habrá llegado este mensaje y porque quiero sobreponerme al temor que me causan estos procederes mafiosos, más con los antecedentes al respecto que hay en esta ciudad.
El origen y los móviles de estos mensajes son tan obvios que no se podría apuntar a otro lado más que a alguna persona que maneja el listado de delegados y sus teléfonos, que no podría ser otra que alguien vinculada a la burocracia sindical de UEPC, que sin duda está nerviosa y que piensa que yo puedo ser importante en este proceso de disidencia con la conducción gremial que desde las bases se ha gestado y que por ello es necesario bajarme, sembrando desconfianza a mi alrededor. Sólo le pido a los autores de este delito de difamación, los cuales esta semana si es posible serán buscados e investigados por la Justicia, que reflexionen y no continúen por ese camino equivocado.
Ni siquiera los gobiernos enemigos que tenemos en la provincia y la Nación se atreven a utilizar la alcahuetería barata y la delación falsa contra los trabajadores, métodos que sí usan, al parecer, allegados a la conducción gremial en contra de sus propios compañeros afiliados, a los cuales el sindicato tiene la obligación de proteger. Por tal motivo, lo mínimo que espero es que mi sindicato, si no tiene nada que ver con la afrenta que recibí, salga públicamente en mi defensa.
Quiero decir finalmente que yo puedo explicar perfectamente, y no me molesta hacerlo, el origen del único bien material que poseo, que es mi moto Guerrero 110, la cual pude comprar (nadie me la regaló) después que un conductor en junio de 2008 me chocara destruyendo mi bicicleta y mi rodilla y me dieran 2.600 pesos del seguro “Liberty”. Con esa plata además compré otra bici, que ahora está rota y no tengo plata para arreglarla, y con el resto pagué 2 asados en agradecimiento a mis amistades que me atendieron cuando estaba accidentado.
No tengo vivienda propia (vivo en el garaje de la casa de mis viejos), gano 2.900 pesos mensuales con el máximo de horas cátedra y no me alcanza, pues tengo 4 hijos en edad escolar ( 2 en la Universidad, 1 en secundaria y 1 en primaria) y paso voluntariamente cuota alimentaria. ¿ Es suficiente señores del teléfono ?
Sería sano que los allegados a la conducción de UEPC Gral. San Martín, que habrían tirado la primera piedra cuestionando el origen de mis bienes (mi moto) a través de mensajes de texto, les digan a sus dirigentes sindicales que alguna vez presenten a la Asamblea de Delegados Escolares la Memoria y Balance de la Delegación y también la declaración de la evolución del patrimonio personal de los miembros de la dirección central y local y la nómina del personal contratado por el gremio, simplemente para saber, y para devolverles su inquietud, tal como yo lo estoy haciendo sin ningún reparo por medio de la presente.
Muchachos y muchachas de los mensajitos, larguen el celular y dedíquense a luchar, todos juntos, por aumento salarial y por nuestros derechos como trabajadores activos y jubilados de la educación.

Néstor Juan Gea