Con los mejores ánimos tras la victoria que logró el domingo pasado, Alumni retornó ayer por la mañana a las prácticas con vistas al cotejo que el domingo, a las 19, sostendrá frente a Talleres de Córdoba.
Dicho encuentro es uno de los más esperados por el elenco villamariense, ya que podría ser la última vez que enfrentará al elenco "albiazul" en el presente campeonato (sólo se podrían volver a cruzar en caso de que ambos logren la clasificación en el torneo Clausura), como así también quedó la "bronca" por haber perdido en la primera ronda, en la que Alumni desperdició un penal que le pudo dar el empate.
Pensando en dicho encuentro, el técnico Agüero evaluará en la semana las evoluciones de los lesionados Lucas Godoy (micro desgarro) y Hugo Yocca (esguince), aunque ya aclaró que jugarán "lo que estén al ciento por ciento".
No obstante, en caso de que algunos de estos jugadores se recupere podría traer alguna modificación en la alineación titular de acuerdo al elenco que jugó contra Desamparados, que le dejó una muy buen imagen al entrenador.
Mismo juez
El sorteo realizado ayer en sede del Superior Tribunal de Justicia de Córdoba (STJ) por la quiebra del Club Atlético Talleres estará a cargo del juez de control número 7, Saúl Silvestre, quien actualmente también interviene en la del Club Atlético Belgrano.
Según los sorteos realizados por el Sistema de Administración de Causas (SAC) que el alto tribunal creó en 2004 para adjudicar las causas en lo civil y comercial, Silvestre resultó sorteado para hacerse cargo de las quiebras de los dos clubes deportivos más importantes de la capital cordobesa.
Según informa a la prensa el vocero del STJ, el sorteo se concretó a raíz de la decisión de la Cámara Tercera de Apelaciones en lo Civil y Comercial de apartar a Carlos Tale, el magistrado que estaba a cargo de la quiebra, tras hacer lugar a la recusación planteada por la ex gerenciadora de Talleres en contra del aludido juez.
Al fundamentar la decisión adoptada, los miembros de la Cámara de Apelaciones consideraron que al viajar a México respondiendo a una invitación de los empresarios del Grupo Pachuca que intentaban hacerse cargo del gerenciamiento, Tale quebró la "equidistancia" que un magistrado debe guardar entre las partes del proceso.
El juez decidió interrumpir hace dos meses el gerenciamiento de la firma Ateliers, dejando la administración de la quiebra a cargo de dos fiduciarios con el apoyo económico de la Fundación Azul y Blanco, cuyos miembros avalaban al grupo Pachuca, de México, como nuevo concesionario, y organizaron el viaje de Tale a ese país.
El tradicional club cordobés, con sede en el Barrio Jardín de esta ciudad, está a punto de cumplir cinco años desde que declararon su quiebra.
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