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“Hoy la lógica es ‘consumo, luego existo’” consideró el profesional en diálogo con EL DIARIO |
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“Es criminal la indiferencia de algunos sectores del país. Está en juego la salud ética y moral de la República”. Palabras del psicólogo social especialista en drogadependencia Horacio Tabares, al dialogar con EL DIARIO en un alto de una jornada de capacitación organizada por la Asociación Civil Eduardo Requena y el Instituto de Extensión de la Universidad Nacional de Villa María.
Contundente y preciso, recalcó que chicos que a los 12 años comienzan a fumar marihuana, pueden terminar en una adolescencia con graves trastornos psiquiátricos. Esta respuesta se dio cuando este matutino le comentó que muchos jóvenes dicen que fuman “porros” porque no son dañinos.
“Estudios de última generación, americanos y españoles, nos demuestran los perjuicios de cualquier sustancia psicoactiva: el centro de los efectos está en el sistema nervioso central.”. En el caso de la marihuana “produce embriaguez cannábica que altera la percepción, la motricidad, los procesos de la memoria y a largo plazo genera el síndrome de la amotivación y la persona pierde interés”. “No hay ninguna droga inocua y eso me hubiera gustado que estuviera perfectamente claro en la acordada de la Corte”, dijo en referencia al fallo que despenalizó un caso de tenencia de drogas para consumo personal.
Y fue crítico de esa sentencia del máximo tribunal: la acordada de la Corte “es aislada y aún teniendo una intención lógica justa, que es no perseguir al consumidor, por ser aislada puede tener un efecto negativo. Así como dice que no hay que penalizar a quien se le encuentra sustancia que se presume es para consumo, también tiene que emitir el mensaje de que el consumo es dañino y lesivo, si no queda un espacio vacío, porque los chicos dicen: los jueces opinan que podemos consumir drogas”.
Tabares advirtió que los estudios que periódicamente realiza el Observatorio Nacional de Drogas confirman un crecimiento en las adicciones. ¿Las causas? El profesional recalca que son “múltiples, complejas y heterogéneas” y que las razones estructurales “siguen intactas”.
“Hay una cultura consumista que alienta y legitima el consumo de sustancias psicoactivas y que favorece los comportamientos narcisistas e individualistas”, recalcó.
“Parece que se invirtió la mirada que estableció la modernidad con Descartes, que planteaba que la condición de existencia era el pensamiento racional: ‘pienso y luego existo’. Hoy la lógica es ‘consumo luego existo’”, sostuvo.
Además, “concurren situaciones como inequidad, injusticia, pobreza e indigencia en muchos sectores, falta de perspectivas de la juventud, ausencia de espacios para el ocio creativo, faltan sistemas de salud”
Tabares cuestionó que el Estado haya dejado de lado su función tutelar “en cuestiones como estrategias preventivas, que brillan por su ausencia en todos los niveles” y afirmó que se conjugan ignorancia e ineptitud por parte de quienes conducen el destino de la cosa pública, además de mezquindad. “Las estrategias preventivas no dan réditos a corto plazo, porque no se cortan cintas todos los meses con esto sino que los resultados se ven a largo plazo. Las estrategias preventivas están en estado de salvajismo, se creen que prevención es plantarse a hablar frente a la juventud diciendo que las drogas son malas”, expresó. “La prevención tiene un cuerpo científico, un conjunto de prácticas y acá no hay formación de recursos humanos. Además ha habido por parte de quienes diseñaron estrategias académicas, comunitarias y sociales una gran imprevisión”, aseveró el profesional.
“Es criminal la indiferencia de algunos sectores del país y además existe un propiciamiento a la circulación de droga. Hay jueces que miran para otro lado y fuerzas de seguridad comprometidas. La salud ética y moral de la República está en juego”, alertó.
“No me gusta hablar de medidas aisladas, aquí falta un gran debate a fondo de un plan de drogas”, manifestó.
Cuando se le preguntó por qué la juventud no tiene planes a largo plazo y parece no valorar la vida, recalcó que la situación está inmersa en las coordenadas planteadas en la cultura posmoderna. “Está incentivado el placer inmediato, fugaz y a corto plazo y se desalienta la cultura del trabajo y el esfuerzo. No estudian una carrera universitaria porque les lleva años...”, concluyó.
Texto: Diego Bengoa
Foto: Osvaldo Carballo
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