“No tenemos que ser anti K, tenemos que ser pro República”, fue una de las tantas frases que el rabino Sergio Bergman dejó en su paso por Villa María.
En el vestíbulo del Hotel República (¿coincidencia?) y acompañado por integrantes de la Pastoral Social y la titular la Fundación Banco de Córdoba Alicia Giubergia, el representante de Argentina Ciudadana habló con los medios, momentos antes de presentar su último libro y disertar en el Teatro Verdi.
Fue crítico, como es habitual, y utilizó el juego de palabras para calificar determinadas actitudes de los que hoy transitan el terreno político y fundamentalmente las estructuras del Gobierno nacional.
El ex presidente Néstor Kirchner, la presidenta Cristina Fernández y el intendente Eduardo Accastello fueron blanco de varios capítulos de la conversación con la prensa que se extendió casi una hora. “El problema no es político ni social, es psiquiátrico. Vos no podés suicidar a un país inhabilitándolo en su riqueza”, expresó a la hora de calificar la política productiva del Gobierno nacional y su pelea con el sector agropecuario.
Bergman calificó al Gobierno kirchnerista diciendo que es un “anarco, seudo progresismo, totalitario”.
Con humor, con ironía fue atacando flancos de los políticos mientras dejaba su prédica de trabajar para recuperar la República, los valores, la institucionalidad.
“No podemos pedirle a Néstor algo que no sea más de lo mismo”, señaló refiriéndose al ex presidente. “El mal trabaja muy bien, habría que preguntarse por qué el bien no trabaja como debe”, señaló aludiendo a los que hoy gobiernan “con la caja y trabajan para ellos y la oposición”.
“Hay que recordarles a los legisladores que les dimos un voto para que trabajen para nosotros, no para ellos”.
Si bien no lo nombró, Accastello no se salvó de las expresiones de Bergman. “En Villa María tienen un claro ejemplo de travestismo político, del que está con quien hace falta a cambio de la caja”.
Seguidamente y con respecto a los fondos para obras que recibe la ciudad aseguró “aquí no hay un plan estratégico, hay un amigo, esclavo del poder de turno”
La calificación de “derecha” que tienen ciertos opositores la resumió con una frase: “No hay nada más de derecha que robar por izquierda”.