Por un lado, se halla una pintora, docente y “motoquera” de Alicia que fuera consultada recientemente por Interpol acerca de un cuadro (“Primos”, de 120 por 94 cm de una serie de inmigrantes piemonteses donde se ilustra a su abuelo paterno), extraviado en nuestro Museo Fernando Bonfiglioli hace ya dos años.
Por otro, se encuentra un histriónico artista plástico descendiente de croatas, definido como “el Dalí cordobés”, que cuenta anécdotas con Yupanqui, viste una remera de Los Redondos y fuma pipa sobre su barba blanca.
Con dichos condimentos, la inauguración de la muestra de Martha Chiarlo y Juan Carlos Chuljak en la galería Los Cuatro Gatos no podría ser más que interesante y simpática. El viernes por la noche se expusieron los paisajes -elaborados in situ- de Chiarlo y los trabajos surrealistas y abstractos de Chuljak. El destacado artista indicó: “Cada obra debe ser diferente a la anterior, como un bebé. Por supuesto en cada uno se inscribirá su marca personal. Pero por esa cualidad, yo nunca me vendí. Una vez me propusieron que hiciera diez cuadros iguales para venderlos. Yo les dije: ‘Te equivocaste de pintor’”.