"Venimos a dar vuelta a la universidad". Esa era una de las consignas que expresaban los carteles de la flamante agrupación estudiantil de Sociales, EPA, ante las elecciones del pasado jueves en el Campus de la UNVM.
Finalmente, el colectivo Estudiantes Patas Arriba logró su cometido al ganar los comicios por el Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CES), destronando al ASEI (Agrupación Solidaria Estudiantil Independiente) luego de cinco años de total hegemonía.
La entidad que se había formalizado sólo dos semanas atrás, con alumnos de las extintas formaciones AI (Agrupación Independiente) y CHE (Convergencia Horizontal Estudiantil) y ex ASEI, se impuso por 261 a 209 votos en un total de 470 sufragios emitidos. Aunque el número de inscriptos era de 1.439 empadronados, los ganadores destacaron que fue una de las elecciones con mayor porcentaje de asistencia en los últimos años. La campaña de EPA, cimentada en los pilares académicos, gremiales y económicos, proponía una misión explícita: "Acabar con la corruptela de ASEI y los punteros políticos dentro del Centro". "El 90% de sus dirigentes tienen cargos en la universidad o en el municipio. Además, el manejo de los fondos nunca fue transparente y la designación de las fotobecas (ayudas económicas utilizadas por los alumnos para la fotocopiadora) era discrecional. Estos años el Centro fue un cascarón vacío", señaló el estudiante Federico Magrín Torres a EL DIARIO, junto a sus compañeros de lista.
La denuncia por parte de EPA de irregularidades y de connivencia entre el CES y las esferas de poder, se extiende hasta las mismas elecciones. "En primer lugar -comentó Juan Andrés Frank- la ASEI no difundió como se debía el cronograma de elecciones y nos enteramos de casualidad un día antes del cierre de presentación de las agrupaciones. Después, impuso condiciones de votación que no incluían a los alumnos de primer año cuando antes siempre se los integraba. Luego, se descubrió que alumnos que estaban en el padrón provisorio no se hallaban en el definitivo. Y durante la votación, sus dirigentes violaron la veda electoral. Esto sin contar que tenían una flota de celulares y remises a su disposición y los teléfonos de dependencias universitarias, como la Secretaría de Bienestar, para llamar a los empadronados". En la otra vereda, EPA -declaran sus representantes- "no teníamos respaldo político y el único fondo que contábamos eran cinco pesos que pusimos cada uno de los que estamos en la lista para hacer los afiches. Por suerte, la fotocopiadora nos dio una mano". Por su parte, la flamante presidente del Centro, María de los Angeles Romero, precisó la línea de acción: "Somos una agrupación horizontal sin distinción de cargos que actuaremos a partir del consenso. Ante todo queremos transparentar e informar sobre nuestras gestiones y no ser funcionales a ningún poder".