Carlos Padial, como médico rural en una zona que tenía 1,7 mg de arsénico por litro de agua (el permitido por el Código Alimentario Argentino es 0,01 y en la provincia de Córdoba toleran hasta 0,05) tuvo entre sus pacientes a cientos de casos afectados por el síndrome conocido como Hidro Arsenicismo Crónico Endémico (HACRE). Vio las manchas en la piel y el avance del cáncer en pacientes que no tenían otra que seguir bebiendo de la misma agua contaminada.
Es por eso que cuando habla de la enfermedad, asegura que está comprometido “con el cuerpo y con el alma” para difundir los efectos que provoca el consumo de agua con más de 0,05 mg de arsénico por litro. El médico rural informó que hay dos millones y medio de personas en el país expuesta a esos niveles del metal venenoso “por lo que disminuir el arsénico es un tema de salud pública”.
En la región santiagueña que tiene como base la ciudad de Clodomira, lugar donde trabaja Padial, ya hay agua potable de red. “Lo consiguió la movilización de la gente que pedía por esas obras para dejar de sacar el agua de los pozos contaminados”, dijo Padial a EL DIARIO, una vez que concluyó la ponencia que dió en la última jornada del Congreso Ambiental que se desarrolló entre el 11 y el 13 de noviembre en la Universidad Nacional de Villa María.
“Lamentablemente, como sociedad necrofílica que somos, tuvimos que esperar un muerto para empezar a cambiar. En este caso, fue Daniel Campos, un joven de 14 años que falleció como consecuencia de los daños que le provocó el arsénico. Su muerte fue emblemática”, dijo.
Una vez que consiguieron el objetivo de tener red para esa población de Santiago del Estero, Padial comenzó a difundir el estudio que tiene como base científica los casos analizados (105 en total), para que en distintas comunidades trabajen para reducir el nivel de arsénico.
Señaló que la provincia de Córdoba, como otras de la región chacopampeana, forman parte de una zona de riesgo.
Considera indispensable trabajar para reducir los niveles cuando están por encima del 0,05 y por eso trabajó en un proyecto de ley que presentó un legislador santiagueño en el Congreso de la Nación.
El trabajo de investigación que presentó en diferentes sitios del mundo lo trajo a Villa María. Fue impactante ver las fotos de pacientes que incluyó en la ponencia y que se pueden encontrar en la web (www.hidroarsenicismo.com.ar).
“El HACRE provoca daños en la piel y en un 30% afecta también los órganos internos, causando distintos tipos de cáncer”, explicó.
“Lamentablemente, el HACRE no se cura y si se sigue bebiendo agua con arsénico, se va indefectiblemente a la muerte, una muerte que yo califico de homeopática, porque es gota a gota”, agregó.
Pese a todo, quiere pensar en positivo. Por eso trabaja también en difundir los métodos para reducir el nivel de arsénico. En Villa María, podrían consultarlo.

@ Claves del problema
• El consumo sostenido de agua con un nivel superior al 0,05 mg arsénico por litro de agua, expone a las personas a padecer Hidro Arsenicismo Crónico Endémico (HACRE).
• Las consecuencias más visibles son las manchas en la piel. Pero también provoca cáncer no sólo en la piel, sino también en órganos internos.
• Hay soluciones para disminuir el nivel de arsénico en el agua. Desde las costosas como la ósmosis inversa y que deben realizar los concesionarios del servicio, hasta algunas caseras.