La lechería encabezó la agenda de reuniones por sector entre el Gobierno y los productores, además de la industria.
Ya se hicieron dos cónclaves y el último, realizado el jueves pasado, fue con los equipos técnicos de las entidades de productores que analizaron el panorama de costos.
Federico Binner, dirigente de Caprolec (Cámara de Productores Lecheros de Córdoba) estuvo en ese encuentro y afirmó que más allá de las diferencias “lo positivo es que al menos hay un modelo fijado por el Gobierno” y que en base a ese modelo es que ahora los productores y la industria tendrán que refutar los números.
“Nosotros decimos que para cubrir los costos, tenemos que cobrar entre 1,10 y 1,15 peso por litro. Esto, sin hablar de ganancias: para que el sector tenga rentabilidad debe alcanzar 1,20 a 1,30 peso el litro”, indicó.
Entiende que no es lo ideal alcanzar este precio con el sistema de compensaciones “pero mientras esté el actual Gobierno, creo que es imposible pensar en otra modalidad”, agregó.
De todos modos, para poder refutar mejor los números -consideró que no es cierto que el 89% de los tambos sean rentables con 1,05 peso por litro, como dijeron desde el Gobierno- es necesario hacer un estudio real. “Pensamos convocar a los productores y profesionales de la zona para hacer un costo real”, concluyó.

Miradas diferentes

José Luis Volando, productor de Federación Agraria y miembro de la cooperativa láctea de James Craik, dijo que “es claro que el Gobierno tiene como prioridad bajar el precio de los productos en góndola y tiene al menos la intención de fomentar la producción. Pero los anuncios que hicieron hasta ahora, son cartón pintado”, argumentó.
“Lo que se ve al menos, son improvisaciones. Nada concreto”, agregó.
Dijo también que el sistema de compensaciones dista de ser el ideal. “Por ejemplo, a la Cooperativa nuestra no llegaron las compensaciones nuevas establecidas en el famoso acuerdo. Sin embargo, nosotros decidimos que los productores van a cobrar igual 1,05 peso, por más que demoremos en recibirlas del Gobierno”, dijo.
Una anécdota pinta la situación de las Pymes. Días atrás, en un hotel de Buenos Aires, se encontraron miembros de las cooperativas de James Craik, Huanchillas y Arroyo Cabral, que hacían trámites para poder cobrar las famosas compensaciones.
Lorenzo Bruera, ex dirigente de Caprolec -hoy desafiliado de la institución por disentir con el acuerdo firmado por la Cámara- dijo que si se posterga un mes más ese convenio “estaríamos frente a una actitud incalificable, una aberración”.
No oculta su malestar porque en su caso personal, como productor de más de 12 mil litros “me veo perjudicado directamente. Pierdo 180 mil pesos en compensaciones que no me pagan por haber invertido y apostado a hacer crecer la producción”.
“Para mí, la gente que hace los números que dicen que el 89% de los tambos son rentables, debe ser del INDEC, sino no se explica esto”, agregó.
Entiende que el sistema de compensaciones establecidos en el polémico acuerdo, deja afuera al 40% de la leche que se produce.
Finalmente, consultamos a Jorge Valinotto (h), miembro de la comisión de Lechería de Federación Agraria filial Villa María.
“Lamentablemente, no hay muchos datos alentadores porque siguen pensando en soluciones a corto plazo”, indicó.
“Necesitamos un plan lechero a largo plazo, que nos permita a los productores planificar inversiones y desarrollar así una lechería en serio”, agregó.
A su criterio, se perdió un momento valioso del ciclo económico positivo para el sector. “Estuvieron cerradas las exportaciones cuando la tonelada de leche en polvo estaba a más de 5.500 dólares y ahora que la abren, aunque en cuotas -dijo que no es cierto que está totalmente liberalizada- cuesta entre 3.500 y 3.800 dólares.”
En definitiva, el sector que fue priorizado en la agenda todavía no está del todo conforme con el avance de las negociaciones.