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El plantel de Quimsa campeón; Ambrosino es el 6, el primero de abajo desde la izquierda (foto gentileza www.diariopanorama.com de Santiago del Estero) |
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En un acontecimiento que no tiene antecedentes históricos para el basquetbol de esta ciudad, Agustín Ambrosino festejó en la noche del jueves, el título de la Liga Sudamericana de basquetbol, integrando el plantel de Quimsa de Santiago del Estero.
El alero, nacido el 10 de agosto de 1990, con apenas 19 años, regresó este año de España, donde hacía tres temporadas jugaba en las divisiones formativas del Real Madrid de la capital española, y se incorporó al club santiagueño que juega la Liga Nacional A.
El equipo de Quimsa obtuvo ese título internacional luego de vencer merecidamente a Libertad de Sunchales por 87 a 77 y se subió a lo más alto de Sudamérica y escribió su nombre en la historia del básquet nacional.
Con este título, Quimsa ahora participará de la Liga de las Américas, en la zona que se disputará en Córdoba ante Atenas entre el 6 y el 8 de diciembre.
Agustín Ambrosino ya está en la historia del basquetbol villamariense por ser el primer jugador local en ganar la Liga Sudamericana, y también en la de Quimsa junto a un rico plantel integrado por. Jonatan Treise, Julio Mázzaro, Albert White, Dionisio Gómez Camargo, Román González, Franco Balbi, José Muruaga, Federico Marín, Bruno Ingratta, Damián Tintorelli y Nahuel Melián y el coach Carlos Romano.
@ Campeón feliz
Agustín Ambrosino, con sus dos metros de estatura, el jugador que comenzó en Rivadavia de Arroyo Cabral, pasó por Banco Córdoba y Ameghino de Villa María, Hindú Club de Córdoba y luego el Real Madrid, hoy juega en Quimsa de Santiago del Estero en la Liga Nacional A. También integró varios seleccionados villamarienses.
Ayer, todavía con la adrenalina de los largos festejos por la capital santiagueña dialogó con EL DIARIO y contó: “Estuvieron muy bueno los festejos, nos pasearon en autobomba por la ciudad y luego toda la gente festejó en la plaza. Fue una gran fiesta”.
Si bien nació en Córdoba, desde los 2 años vivió en Arroyo Cabral posteriormente, ya de adolescente se vino a vivir a Villa María, pero toda su etapa formativa y primeros años de categorías oficiales la realizó en la asociación local.
Sobre el torneo dijo “fue duro, muy difícil, en el primer partido jugamos más relajado, ganamos por 16 o 18 puntos; el segundo partido fue más complicado, lo ganamos en suplementario por cuatro, se nos había puesto difícil y logramos sacarlo. El tercero era la final, se vivió mucha tensión en el vestuario. No era para menos, la anterior Liga se había perdido en la final ante Flamengo y todos querían el desquite. Ahora Quimsa se sacó esa espina”.
“Cuando terminó el partido, nos fuimos en un autobomba por toda la ciudad, estaba toda la gente festejando, aplaudiendo gritando. Fue algo inolvidable”, señaló Agustín.
En cuanto a esta experiencia de compartir la Liga con un plantel con muchas figuras (entre ellos el alero del seleccionado argentino Román González), el basquetbolista local señaló: “Jugar con jugadores, como Román, o Julio Mázzaro que en la final estuvo espectacular, es bárbaro. Son jugadores de mucha experiencia, de muchos años en primera, algunos con ligas en España o Italia, con dos norteamericanos del que uno aprende mucho, es muy bueno todo esto. En mi caso soy joven, se hace difícil jugar muchos minutos. Yo siempre entro algunos minutos por partido, sobretodo cuando el equipo logra sacar una diferencia. Se entiende que un entrenador tiene la presión de los resultados, cuando hay una diferencia se hace y si se complica utiliza menos a los juveniles que tenemos menos experiencia. Igual cuando me toca entrar, lo aprovecho al máximo, como para que en el próximo partido en lugar de 3 o 4 minutos, me ponga un poco más”.
“Ser el primer jugador villamariense en ganar la Liga Sudamericana me pone muy contento, no sabía que podía ser el primero. Pero tengo en claro que hay que seguir ganando más cosas de a poco”, dijo el alero.
“Espero que la próxima vez que gane algo sea con más minutos en cancha. Al jugar pocos minutos uno tal vez no se siente del todo ganador, pero la gente en los festejos me hicieron sentir parte de este título”, resaltó.
“Igual, poder entrenar en Quimsa junto a estos grandes jugadores los aprovecho para aprender más en cada práctica y ver como resuelven las cosas. Uno sabe que hay que estar preparado psicológica y físicamente para entrar, si un compañero se lesiona”, dijo.
Así mismo destacó que “uno evalúa siempre las propuestas. Por ahí te ofrecen un equipo chico, donde hay posibilidades de estar muchos minutos en cancha; o uno grande, donde tenés un plantel más rico en figura, peleas por algo, aprendes más y estás menos minutos en juego. Me lo plantee antes de venir a Quimsa, jugar mucho era difícil porque el plantel es muy bueno. Pero estoy contento, cuando se ganan cosas importante da otra sensación, Estoy contento con esta elección”.
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