Señor director:
¿Hacía falta? ¿Era necesario que alguien dejara trascender en una radio de nuestra ciudad un suicidio en la familia de Romina y Julieta? ¿Qué diabólico juego de primicias falsas puede alimentar el monstruoso acertijo?
Después de tapas que cuidaron el detalle de no “matar” nuevamente a las víctimas, después de la acertadísima nota del Colegio de Psicólogos invitando a una saludable reflexión colectiva, después que los familiares dieran el último mensaje de vida con las fotografías de ellas dos sonriendo desde el más acá... después de todo eso que nos presentaba como un pueblo civilizado haciendo su respetuoso duelo, aparece esta gente que casualmente se encuentra ante un micrófono, para deslizar semejante trascendido.
Vergüenza ajena.
Así, es más grande la tristeza.

Alberto Botta
DNI 14511012