|
|
|
|
|
|
|
Buscando huecos. Yrigoyen maneja la pelota y Colón se arma detrás. Ambos estaban obligados a ganar, pero no supieron cómo llegar al gol |
|
|
|
|
|
Escribe: Diego Pellegrini (h)
De repente, la alegría y los festejos se transformaron en desazón e incertidumbre. De repente, el título que empezaban a saborear los hinchas de Colón, parecía más lejos que nunca. Alumni acababa de realizar el milagro en Los Zorros y los cabralenses no lo podían creer.
La victoria de los villamarienses pateó el tablero y el empate al cual se aferró Colón no alcanzó. El 0 a 0 ante Yrigoyen puso un manto de suspenso en la definición y el título se define dentro de siete días.
Llamativamente Colón, no pudo. Se encontró con un rival que tenía el mismo sueño de campeonato y salió una final de hacha y tiza. Una verdadera final, de alta intensidad, con jugadas para la discusión y con tarjetas de todos colores.
Claro que a ninguno de los dos equipos le sirvió el empate, a pesar de que lo buscaron desde el minuto cero.
El encuentro presentó momentos para los dos, pero ninguno supo aprovecharlos.
Los primeros veinte fueron los que el local quería jugar. Con la pelota contra el piso, jugando en campo contrario, Colón se acercaba a Ezequiel Merani gracias a las apariciones de Diego Ceballos, quien se movía por todo el frente de ataque y encontraba socios para una misma causa.
José Navarro y Diego Gabetta se unían al “Cuchillo” y las oportunidades aparecían.
La primera fue un tiro libre de Gustavo Cardona que cruzó toda el área, escapándose pegada al palo. En la jugada siguiente, fue Gabetta quien remató cruzado y no pudo liquidar. Esas aproximaciones denotaban que los dirigidos por Leonardo Comba tenían el control del cotejo.
Lentamente los visitantes empezaron a crecer, pero la soledad de su centro delantero, Diego Marín, era un problema que no tenía solución, a pesar de que el ex Colón bajó el balón de cabeza, tras una pelota parada, que nadie pudo empujar.
Cuando el reloj marcaba 15’, llegaría la jugada de la polémica: Diego Acosta bajó a Navarro, cuando éste ingresaba al área; el árbtrio Mauro Daniele no vio penal y marcó infracción fuera del área.
A partir de allí, empezaron a aparecer los creadores de Yrigoyen y, por consiguiente, las situaciones nítidas de gol, claro que ayudados también por la expulsión de Matías Mansi, por infracción sobre Lucas Barengo, en una jugada dudosa.
Lo cierto es que Colón demoró en acomodarse tácticamente (Luppo bajó a la zaga central para remplazar a Mansi) y casi le cuesta caro. Porque a los 25’ Luis Rodríguez tuvo un mano a mano que tapó Giraudo y Diego Pedernera metió un cabezazo que se fue rozando el travesaño.
Esas dos jugadas claras, más un remate peligroso de Barengo, demostraban que eran los mejores momentos del “diablo”. Pero en los últimos minutos de la etapa, Colón se acomodó y tuvo un par de posibilidades interesantes. A esa altura, Grande se había cerrado para jugar al lado de Rivera y Gabetta lo hacía por la izquierda, dejando solo a Ceballos arriba. Así, el local tuvo un cabezazo peligroso de Gabetta y un centro de “Cuchillo” que Navarro no pudo capitalizar y Grande terminó rematando desviado.
En el complemento, Yrigoyen empezó asediando el arco de Giraudo. Con la pelota en los pies, se acercó al área contraria pero no podía crear chances claras. A pesar de que a la pelota la tenían Negrini, Barengo y compañía, Colón se replegaba perfectamente y no dejaba grietas.
Para el “sangre y luto”, Luciano Luppo lo tuvo de cabeza pero tapó Merani, y en el arco de enfrente, Barengo ganó la línea de fondo pero su centro no tuvo receptor.
El juego tenía al visitante volcado totalmente en ataque, dejando espacios para la contra de Colón, que a esa altura ya contaba con José Fernández en cancha (ingresó por Ceballos).
En la primera que tuvo, eludió a Franco Ortiz y remató, pero la humanidad del portero fue más. En la siguiente, el delantero tuvo todo el tiempo posible, mano a mano, pero perdió otra vez con un Merani brillante, que le extirpó la pelota.
Los hinchas se lamentaban pero sabían que el empate le daba el título.
Sobre el final, a pesar de la roja a Maximiliano Burello, los de Vicario buscaron, pero sin ideas. Todo se acababa y una mitad de Arroyo Cabral empezaba a soñar con la vuelta, el título se respiraba, se sentía. Pero de repente, el sueño se transformó en pesadilla y los festejos quedaron postergados.
El árbitro
Mauro Daniele tuvo un discreto arbitraje, alternando buenas y malas. Cometió el error de no marcar un claro penal de Acosta sobre Navarro (indicó infracción fuera del área). Acertó en la expulsión de Burello por doble amarilla y se apresuró en la roja a Mansi.
La figura
Ezequiel Merani apareció en los momentos justos y le negó el campeonato a Colón tapando pelotas interesantes. La más clara, a José Fernández un mano a mano clarísimo. Gran segundo tiempo del uno de Hipólito Yrigoyen que siempre demostró seguridad.
Otras notas de la seccion Deportes
El peor Agosto de su vida
Argentino, campeón
Jockey no pudo con Athletic
Otra victoria del "Sanmar"
Villa María, subcampeón
|