|
|
|
|
|
|
|
La indisimulable alegría de los abuelos cuando, ayer, lograron comprar durante el remate y en 51 mil pesos la sede del Centro de Jubilados. En la otra foto, la enfermera que demandó al Centro de Jubilados, que había rechazado las ofertas anteriores |
|
|
|
|
|
Al final, la angustia de los jubilados de Los Zorros tuvo un final feliz cuando ayer el substador bajó el martillo y dijo “vendido a la señorita” que no era otra que Silvina Alvarez, quien pujó en nombre del Centro de Jubilados.
Esa angustia comenzó a finales del año 2003, cuando una enfermera de la localidad, Gloria Beatriz Casas, entabló una demanda laboral contra la entidad.
Hubo instancias previas de mediación que no llegaron a buen término y en consecuencia, el juicio siguió su curso y terminó con la decisión del Tribunal de rematar la sede del Centro de Jubilados.
La subasta se realizó ayer y a media mañana, un colectivo con una treintena de jubilados bajó en la calle General Paz para demostrar que no habían perdido las esperanzas.
Estuvieron acompañados por jubilados de esta ciudad, nucleados en la Fecudi y así, todos juntos, se sentaron en la Sala de Remates.
Ellos tenían 50 mil pesos, que habían conseguido juntando plata y con la venta de un auto que habían ganado, providencialmente, en la rifa de la Municipalidad.
El remate comenzó cuando el martillero Eugenio Olcese preguntó quién daba 30 mil pesos por el inmueble. Levantó la mano Alvarez y la enfermera, junto a su abogado, superó la oferta. Todos tenían miedo de que la cifra fuera inalcanzable pero cuando la representante del Centro de Jubilados dijo que ofrecía 51 mil, la otra parte se retiró de la puja. Y allí todos los presentes jubilados saltaron de alegría.
“El centro seguirá siendo de los jubilados”, dijo la compradora, quien puso plata de su bolsillo para llegar a la cifra y que transferirá nuevamente a la institución el inmueble.
Recuperación
La entidad presidida por Ramón Alaniz está fundada con el esfuerzo de la comunidad. Perder la sede, era perder parte de la entidad.
“Hay una parte vieja y otra nueva, que por allí no vale más que 50 mil pesos”, dijeron los jubilados que vinieron ayer a los Tribunales de Villa María y juntaron sus esperanzas en la Sala de Remates.
El problema no eran los 50 mil pesos, que ya le habían ofrecido a la demandante y que fueran rechazados por ella. El problema pasa por la historia de “El Progreso”, tal el nombre del Centro, que logró tener su sede después que muchos abuelos -incluso, el padre de Gloria Casas, quien fue vicepresidente- trabajaran intensamente para conseguir los fondos y poder erigir esas paredes. Y el otro problema es que construir ahora una nueva sede, con la sala de velatorios que es la única del pueblo, iba a ser aún más costoso que mantener la actual.
De cero
Analía Alvarez, secretaria de la entidad, dijo que cuando ganaron el auto en la rifa empezaron a pensar “en un montón de proyectos. Hoy, nos quedamos sin un centavo para concretar esos proyectos, pero estamos felices, porque recuperamos nuestra sede”.
Seguramente hay espíritu de celebración entre los jubilados de Los Zorros y de la región: porque con el esfuerzo conjunto, las esperanzas que no decayeron aún cuando estaban sin ánimo y la solidaridad del pueblo, los vecinos recuperaron el espacio propio, el espacio de los abuelos.
Otras notas de la seccion Regionales
De muestra
Se viene otra gran jineteada
Los cargos que mañana votamos los cordobeses
Todos por Delfina
Festividad en honor a San Cayetano
|