Señor director:
La ignorancia del señor Natali sobre historia y actividad ferroviaria no le permitió tomar conciencia de lo que escribió.
Los maquinistas de trenes son, a su criterio, asesinos. Entonces los choferes de colectivos, camioneros, etcétera, también lo son.
Señor Natali: ¿usted tiene auto? Ojalá nunca le toque arrollar a alguien por accidente y después le digan asesino.
¿Usted se piensa que el maquinista y su familia están gozando de una normalidad total, como si nada hubiera pasado?
Todos nos conmovimos con esta terrible desgracia.
Todos nos sentimos parte de esas dos familias, quienes manifestaron que no tienen odio ni rencor en contra de nadie. Esto sí es para aplaudir.
Coincido con usted: todos queremos ganarle al tren, pero... ¿a costa de dejar la vida?
Cada uno es responsable de su accionar.
Una barrera baja indica peligro, al igual que un semáforo en rojo. Trasponerlos es nuestra responsabilidad.
Y en cuanto a las “bocinitas” que a usted le molestan, el consejo que puedo darle es que se vaya a vivir al campo o se aleje de las vías. Veo a niños que corren para ver el tren cuando escuchan su bocina.
Las principales ciudades de todo el mundo tienen su línea férrea. Son pocas las que no la tienen.
Grandes ciudades y pueblos se formaron sobre las vías del ferrocarril, incluso Villa María. No piense que las vías se “pusieron” en el medio de la ciudad.
El país entero creció con el ferrocarril, o sea que el ferrocarril vendría a ser como la columna vertebral.
Cuando en los años ‘90 Menem sacó varios trenes, las rutas se superpoblaron de camiones y colectivos y pasamos a ser uno de los primeros países en muertes por accidentes viales.
Sacar el ferrocarril de la ciudad demandaría una inversión millonaria y el país tiene otras necesidades más urgentes que atender.
Todos somos ignorantes, porque algo siempre ignoramos.
Que estas dos muertes no hayan sido en vano y nos sirvan para tomar conciencia de lo que una señal nos indica, sobre todo cuando nos indica peligro.
Señor Natali: no tengo nada en contra de usted, simplemente veo las cosas de otra manera y entiendo de ferrocarriles.
Espero que me dé la razón.
Fernando Capriotti
DNI 21657653
Nota de la Redacción: la carta a la que responde el lector Capriotti fue enviada a la Redacción de EL DIARIO por su par Daniel Natali y publicada en la edición del domingo pasado, bajo el título “Los trenes de la locura y la muerte”. A partir de entonces se sucedieron varias opiniones en contra, entre otras la del mismísimo gremio ferroviario “La Fraternidad”.
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