Señor director:
En calidad de docente preocupada por la situación que estamos viviendo, le solicito quiera publicar ésta, mi humilde opinión.
La educación es el pilar no sólo de la cultura, sino también del progreso de una Nación.
Los docentes somos profesionales que nos hemos formado y nos capacitamos día a día para trabajar por y para la educación de todos.
Una educación de calidad demanda docentes altamente capacitados, lo cual implica una capacitación permanente que no es gratuita ni siquiera poco onerosa.
Todo curso de capacitación significa un costo importante que no todos los colegas están en condiciones de afrontar con los magros sueldos que cobramos. Pero también significa disponer de tiempo suficiente para el estudio, tiempo que se ocupa luego de realizar las actividades diarias pues nunca tenemos la posibilidad de dejar de trabajar para capacitarnos.
El año sabático no existe en nuestro país.
Además, los docentes no somos el único agente interesado en la calidad educativa. También los padres deberían estar preocupados por que sus hijos reciban la mejor educación, esa educación que les permita el día de mañana defenderse en la vida, sobrellevar los conflictos diarios, encontrar alternativas a sus problemas, gestionar por sus propios medios la calidad de vida necesaria.
Y con todo respeto, les decimos a los padres que esa calidad no se logra enfrentando a los docentes como si fuéramos enemigos o estuviéramos en veredas opuestas. Esa calidad se logra apoyando la tarea docente, valorizando la labor ardua y fecunda de la escuela en general, respetando la tarea de cada docente y ayudando a sus hijos a comprender que la educación tiene un valor trascendente en todo ser humano.
Una persona que no ha recorrido los trayectos escolares seguramente tendrá menos posibilidades de lograr un ascenso social, es decir, tendrá menos oportunidades de acceso al mundo laboral, menos oportunidades de mejorar su calidad de vida. Y seguramente tendrá muchas posibilidades de caer en una situación de pseudo esclavitud.
Como trabajadores, vemos que día a día se nos desprestigia, se nos cercenan las posibilidades de mejorar nuestras condiciones laborales. Esa es una forma de ir arrebatando nuestros derechos y como seres libres y pensantes, y como trabajadores, no podemos ni debemos permitirlo.
Queremos ejercer nuestra función sin estar tomados por preocupaciones que desvían nuestra mente de la actividad principal que es educar.
Son muchas las situaciones que nos preocupan: cuando hablamos de malas condiciones laborales, no sólo hablamos de cuestiones salariales, sino también de una mejor atención por parte de nuestra Obra Social.
También tenemos incertidumbre acerca de las posibilidades de jubilación que tenemos los más antiguos que quedamos en el sistema.
Estamos convencidos de que nuestra lucha gremial está sumamente justificada y haremos todo lo posible para que el Gobierno comprenda que la calidad educativa no se logra sólo construyendo edificios escolares.
La escuela es mucho más que eso.
María Cristina Fassi
DNI 11527985
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