El viernes por la noche se realizó la apertura de la muestra compartida entre tres jóvenes artistas locales en el Museo Municipal Fernando Bonfiglioli.
El trío, egresado en 2007 de la Escuela Superior de Bellas Artes Emiliano Gómez Clara, cumplió el anhelo de exhibir sus trabajos en un espacio conjunto, el cual se cristalizara en la sala de exposiciones temporales del museo, ubicado en el primer piso del edificio de San Martín y bulevar Sarmiento. Las propuestas, como bien definiera la directora del museo Fabiana Romano en la ceremonia de apertura pertenecen a “un lenguaje actual con un fuerte componente conceptual”. Julieta Barbuio presentó la instalación “Vida pesada”, la cual viene trabajando desde hace un par de años y que ya había plasmado en el cierre de su reciente residencia artística en la Ciudad de las Artes en Córdoba. Sus “gorditas”, íconos escultóricos y denunciativos de la obsesión por la estética, se diseminaron por un amplio sector, presidido por una cortina de centímetros de colores. La autora, a tono con su obra, lució un blanco vestido con la imagen de su objeto-fetiche: “Soy una gordita más”, ironizó desde el micrófono. Por su parte, Paulina Chiavassa montó en un rincón su mini-muestra “Impresiones”. La intención, según explicó la propia autora a este medio, fue conservar los recuerdos e imágenes de su propia vida, plasmándolos en prendas y elementos que utilizaba en la niñez. Es así como sus fotografías familiares terminaron ilustrando remeras y toallitas pequeña (en offset y serigrafía) que colgaban de un ropero. Paulina, además intervino con alusivos dibujos ploteados en la pared del museo.
Por último, Sebastián Borghi apostó por uno de los trabajos más críticos, minimalistas y no convencionales. “H2O”, muestra varios germinadores con semillas de maíz recubiertos con papeles de algodón. Mientras que en las paredes se exhiben palabras derivadas de H y O: “Hidrógeno, hombre, hambre, hipocresía, humus...”. “Oxígeno, obligación, obviedad, olvido, obstáculo...”. Con la supervisión de la artista Celeste Martínez (profesora de Borghi), el autor exhibió una “obra que va mutando, expresando la muerte, la sequía, el agotamiento de los recursos naturales”.