En el momento del parto es muy importante tener una mano que tomar. El acompañante tiene que ser una persona que te inspire seguridad y confianza, que viva el milagro de la vida con la misma intensidad que tú y por sobre todo que esté ciento por ciento comprometido con tu parto.
Tu pareja es la persona ideal para cumplir con este papel, pero si no es posible su presencia, cualquier persona que tú elijas y que esté preparada podrá ayudarte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha demostrado mediante numerosos estudios, que la parturienta que se encuentra acompañada y contenida emocionalmente, tiene trabajos de parto más cortos y colabora mejor con el obstetra, por lo tanto recomiendan ampliamente hacer uso de este recurso durante la dilatación y el parto. De la misma manera se sabe que la acumulación de gente (aunque sea siempre con buenas intenciones) dentro de la clínica o de la sala de dilatación, va en contra de la parturienta, quien se siente invadida y confundida frente a la opinión de todos los presentes. Otro dato interesante a tener en cuenta con respecto de este punto tiene que ver con que muchas veces esta invasión termina llevando a la mamá a una cesárea, ya sea por presiones que recibe el médico del entorno, como por la falta de colaboración de la mamá a la que le han quitado la confianza con frases parecidas a "¿por qué dejan que sufra tanto?", o "¿el bebé estará bien?", o "¿le quedará fuerza para pujar?".
Sé que para la familia es difícil comprender que los papás deben vivir Este momento solos, pero deben estar seguros de que la mejor forma de colaborar es tomar una pequeña distancia y hacerles saber a los futuros papás que estarán allí esperando que los llamen cuando los necesiten o cuando hayan pasado las primeras dos horas luego del nacimiento. (Digo dos horas para que la mamá pueda comenzar bien con la lactancia y comience a recuperarse).
El mejor acompañante es el que está preparado y para eso tiene que informarse. Si asisten a las clases de preparto seguramente allí encontrarán un lugar ideal; pero si no, pueden acceder a información por medio de Internet, revistas, el médico y por medio de estos artículos que pretenden ser el primer paso de un largo camino (1).
Aspectos sobre los que tiene que saber el acompañante
El trabajo de parto se inicia de dos maneras: 1- Con contracciones que siguen un ritmo y se mantienen a lo largo de un determinado tiempo
2- Con la fisura o ruptura de la bolsa.
Estas son dos situaciones, si se presentan al final del embarazo (semana 38 a 41/42), determinan que el bebé va a nacer.
Ahora vamos paso por paso:
Si se desencadenan las contracciones, el acompañante tiene que cronometrar el tiempo de intervalos entre las mismas y la duración. Al comienzo, las contracciones van a ser más espaciadas y con una intensidad y duración moderada o mínima. La embarazada siente que la panza se pone dura, pero no tiene casi molestias. Para asegurar que estas contracciones son de parto o que están ayudando al cuello del útero a dilatarse tienen que seguir un ritmo de, una cada cinco minutos durante por lo menos media hora. Si estas condiciones se dan en tiempo y forma, deben comenzar a prepararse para dirigirse a la clínica o llamar a su obstetra para describirle la situación. Si es el primer bebé, algunos obstetras indican esperar a tener un ritmo de tres contracciones en diez minutos para dirigirse a la clínica (no tiene que existir el deseo de pujar). Aquí el acompañante no sólo va a anotar las contracciones, sino que también tendrá que transmitir paz y seguridad a la parturienta; ayudarla a que se termine de preparar (bañarse, guardar las últimas cosas en el bolso, etcétera) y apoyarla en todo lo que necesite. Recordarle la forma correcta de respirar mientras la pancita se pone dura es un buen recurso a utilizar mientras juntos recuerdan lo positivo de que esta dinámica de contracciones se haya desencadenado. (2)
Si el parto comienza con la ruptura de la bolsa puede que la embarazada no tenga ninguna contracción, de todas maneras tiene que dirigirse a la clínica. Esta situación suele asustar más a las mamás, el acompañante va a ayudar a la parturienta para que se recueste sobre su lado izquierdo mientras se comunica con el médico y/o la clínica y preparará las cosas que faltan para realizar la internación. Cuando la bolsa se rompe es importante reconocer las características del líquido amniótico. Este, en condiciones normales, es transparente, oleoso y con un olor fuerte. Esto es importante ya que cuando hablen con el médico y cuanto más datos les den, mejores podrán ser sus determinaciones. Una vez realizada la internación puede que las contracciones se desencadenen en forma natural, puede que se utilice un método para provocar el trabajo de parto o puede que se decida una operación cesárea. Tu médico te revisará y tomará la determinación correcta, teniendo en cuenta tu salud y la de tu bebé.
Viviana de los Ríos - Preparadora de Partos Taller Gestación
vdga@arnet.com.ar

(1) Siempre es tu obstetra el que puede darte la mejor información, él es tu guía en este camino y el que conoce mejor tu embarazo. Estos artículos son sólo un material de referencia que nunca deben suplantar la consulta con el profesional
(2) Si no hay contracciones en el cuello del útero no podrá dilatarse y tu bebé deberá nacer por medio de una operación cesárea.