La asamblea de ayer, en el marco del conflicto que sostienen los trabajadores con el Gobierno local en reclamo de una movilidad para todos fue tranquila, breve y con cierta expectativa de solución a través de las gestiones del Obispado local.
Precisamente, la intervención de la autoridad eclesiástica ante el secretario de Gobierno Rafael Sachetto fue comunicada en la reunión de la víspera y disparó rápidamente una nota de los delegados al funcionario municipal.
Pasado el mediodía, los representantes de los trabajadores presentaron una misiva a Sachetto “reconociendo la luz surgida a partir de la gestión del Obispado”.
Según comentaron a EL DIARIO los delegados, el integrante del Gabinete de Eduardo Accastello le habría manifestado a los interlocutores del Obispado la posibilidad de restablecer el diálogo.
“Los delegados le manifestamos de manera formal y por escrito que estamos dispuestos a retomar el diálogo suspendido el día miércoles 18 de noviembre. Le solicitamos (a Sachetto) que de primar la misma visión, nos comunique formalmente por escrito la disposición del Ejecutivo para la conformación, de manera inmediata, de una mesa de negociación que, en el caso de los trabajadores, estaría compuesta por los actuales delegados gremiales de la casa municipal, el IMDA y Universidad Popular y los secretarios generales de la CTA Villa María y CTA Córdoba”, comentó Jesús Chirino a nuestro matutino.
La nota tiene un plazo para la respuesta: hoy a las 10, ya que está prevista una nueva asamblea y sería el momento oportuno para plantear el cese de las medidas de protesta y el inicio de las conversaciones.

@“Un gesto de solidaridad”

En la misiva enviada a Sachetto, los delegados hacen referencia a “las interpretaciones que se han realizado de la denuncia por acoso sexual que hicieron empleadas municipales” y que generaron el “corte” de las negociaciones por el acompañamiento que recibieron de los gremialistas.
“El acompañamiento de los trabajadores a estas mujeres (dos presentaron demanda judicial) debe ser entendido como un gesto básico de solidaridad con aquellas personas cuyos derechos elementales han sido vulnerados. Nos resulta inconcebible tolerar la violencia que supone el acoso sin siquiera tener el debido gesto de solidaridad de acompañar a quienes denuncian haber sufrido en sus personas este tipo de ataques que, entendemos, es ofensivo a la dignidad de las mujeres y hombres todos”.
La asamblea de la víspera, por otro lado, tuvo una respuesta irónica a la presentación judicial que hizo el municipio por las bombas de estruendo tiradas el pasado lunes.
En las primeras horas de la jornada, empleados municipales colgaron carteles con la leyenda ¡Boom! ¡Boom!
“Si no quiere que hagamos ruido será porque quiere seguir durmiendo la siesta en vez de solucionar el conflicto”, remarcaron en la reunión.
Por su lado, en medio de la historia, el SUOEM tomó el guante (ver recuadro).