Escribe: Daniel Cerutti
Playosa supo modificar su libreto a tiempo y levantando significativamente su nivel en el segundo tiempo supo capitalizar un encuentro exigente y disputado hasta la instancia final, cuando Martínez, en gran jugada, le otorgó sello definitivo.
Dentro de un desarrollo irregular, con fallas en el traslado y escasas opciones ofensivas, el visitante mostró al principio más ambición y criterio en sus intenciones de arribar al marco adversario, pero no hubo jerarquía suficiente en los delanteros para llegar con claridad, aspecto que le simplificó la labor defensiva a ambos conjuntos.
Unicamente Juan Carabajal en Juventud y Piva en Playosa intentaron el pasaje a una dinámica superior, pero la gestión de ataque solo se manifestó con disparos de larga distancia que no causaron mayores dificultades a los guardavallas.
Playosa tuvo clara oportunidad a los 24 minutos cuando Martínez remató deficientemente solo frente a Deyup en una clara habilitación de Piva.
Los esfuerzos por controlar el traslado fueron infructuosos, multiplicándose los errores de comunicación por falta de panorama o concentración, aparte de la siempre molesta presencia del viento, que castigó con rigor.
A los ‘38, Pablo Daniele desaprovechó un error defensivo luego de un córner y solo ante Rabino desvió el disparo que dio en el palo, y de inmediato Piva repitió el modelo cuando en oportunidad similar falló su envió, que dio en la base del poste izquierdo de Deyup.
Parecía que estos intentos daban otra imagen a este deslucido primer tiempo, disputado con ambición y esfuerzo, pero que no bastaron para fijar un concepto positivo o por lo menos suficiente para evaluar el nivel de ambos conjuntos.
Sólo las ocasiones aisladas descriptas pusieron cierta motivación a un tiempo que evidenció mucho más defectos que virtudes, y donde el empate en cero fue índice demostrativo del poder ofensivo de los protagonistas.
En el segundo tiempo hubo factores más expresivos que levantaron la clasificación de los protagonistas. Con mejoría individual y colectiva se estableció un nuevo contexto de juego y la profundización de las cargas; se vieron dos o tres opciones claras de goles, donde los arqueros debieron extremar recursos para privar la caída de la valla.
El golazo de Piva sobre los 18 minutos luego de empalmar soberbio disparo en lúcida jugada previa, en donde hubo tres toques consecutivos, lo que motivó al “albo”, que a partir de entonces pasó a ser protagonista, a pesar de las réplicas esporádicas pero siempre peligrosas que mostró el visitante.
La importancia de Estévez en la proyección constituyó siempre motivo de preocupación para la retaguardia alba, titubiante por momentos ante la rapidez de los ágiles delanteros “millonarios”.
El árbitro Brunetto no sancionó, sobre los 25 minutos, un penal cometido por evidente falta en el área de Playosa, lo que generó las lógicas protestas del visitante.
Así, los últimos quince minutos se jugaron en clima temperamentalmente caldeado, teniendo el árbitro que apelar a los amonestaciones y en instancia final a la expulsión de Sergio Theiler.
El gol de Martínez, de gran acción individual sobre los ‘45, expresó la mejoría del local en el segundo período, exhibiendo una mejor estructura ofensiva, y una modificación practica en su sistema de juego, que le permitió llevarse los tres puntos y continuar con la racha ganadora de los últimos partidos.
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