El sol comienza a golpear fuerte sobre la calle de tierra. Liliana Costabello, una trabajadora social que dirige un centro barrial en que numerosos chicos toman la merienda, desciende de su moto y golpea sus manos en busca de Elvira.Era el mediodía de ayer.
Ella conoce a muchos bolivianos que residen en Villa María, trabajando en la construcción, hornos de ladrillo o quintas.
Liliana presenta a este cronista y Elvira invita a sentarse, de manera amable. Segundino, su compañero, parece más reticente a la charla periodística, aunque con el correr de los minutos comienza a “entrar en confianza”.
“Me gustaría viajar para visitar a mis hermanos. Tengo dos hermanos... hace 25 años que vivo en Argentina y once que no voy a mi país”, cuenta.
Llegaron a esta ciudad en 2000, pero antes residieron en Jujuy durante quince años. A la Villa arribaron porque “estabamos en Córdoba y conocidos nos contaron que estaba linda la ciudad y nos vinimos”.
Demuestran cierto interés por las elecciones presidenciales que se desarrollarán el próximo domingo en Bolivia, pero desconocen con profundidad la situación política y económica y el perfil de los candidatos de su tierra. “Algunos nos cuentan que están bien con Evo, otros más o menos. A mí me gustaría votar... Algunos de quienes estamos acá tenemos intención (de sufragar), pero averiguaron y me contaron que sólo se puede votar en Buenos Aires, Jujuy y Mendoza. Acá no”, explica.
Con Elvira, un ama de casa de 51 años (él tiene 53) tiene tres hijos, de 15, 20 y 23 años. Trabaja en una obra como albañil y tiene la mano golpeada por su labor.
Costabello realizó un trabajo, para el cursado de la tecnicatura que realizó, precisamente en hornos de ladrillo en que trabajan bolivianos. Además, muchos niños de esta comunidad van al centro que ella dirige. Y Elvira aprendió a leer y escribir en un curso de alfabetización que ofrecieron, contó Costabello.
“Son pocas las familias que se instalan en un lugar, como sí hicieron Segundino y Elvira”, reveló.
Contó que la comunidad “tiene muy arraigada su cultura ancestral, como la conmemoración de la Pachamama o el Día de los Muertos, fecha en que aprovechan para viajar a Bolivia”.
“Es una cultura muy interesante y desconocida, por eso también la discriminación, porque desconocemos” sus características.
Costabello subrayó que “son muy ahorrativos y están acostumbrados a trabajar duramente, de sol a sol”. “Viven con lo mínimo y lo poquito que ganan lo ahorran”, apuntó.
“La mayoría que he conocido se termina instalando en la ciudad. Es que, coinciden, son mejores los estándares de vida acá que allá. Rescatan la cobertura de salud, mucho más amplia que en su país, el sistema educativo... Nuestro sistema estará en decadencia, pero al menos contiene a los chicos en la escuela y allá no tanto...”, concluyó.