- ¿Cuáles son las perspectivas económicas para el año próximo?
- En los últimos meses el país ha dependido de lo que ocurre en el plano internacional y aparentemente tras la crisis financiera comenzó a recomponerse la situación, por lo que cabe vislumbrar posibilidades mejores para la economía argentina.
El precio de la soja, presuntamente, se mantendrá, por lo que la situación para el sector agropecuario aparece como positiva, pese a los factores climáticos que ha jugado en contra en los últimos tiempos.
Diría que caben esperar meses relativamente tranquilos, lo que no implica una situación holgada, pero estimo que se llegará a 2011 con buenas perspectivas.
- ¿Cuáles son los verdaderos índices de inflación, de desocupación, de pobreza?
- El sector privado tiene consultores e instituciones que han trabajado mucho. En general, claramente la inflación es mucho más alta que lo que marca el Indec, y además está reprimida por la gama de subsidios, como el de la nafta y la luz, que permiten precios por debajo de lo que marca el mercado.
En cuanto a la ocupación, hay una economía negra importante, una subocupación y ocupación informal que creció mucho en los últimos años y que ayuda a disimular la tasa de desocupación. Estamos verdaderamente mal en información estadística, porque estamos lejos de tener números confiables.
- ¿Cuáles son las razones que llevan a sostener ese disfraz de los números?
- En general, este Gobierno ha hecho de la cuestión comunicacional una obsesión y considera que blanquear números estadísticos le juega en contra. Se ha empeñado en ese tipo de esquemas, estilos y acciones intentando disimular lo que tarde o temprano explotará, a este o a otro gobierno.
- Pero, ¿la opinión pública lo sabe?
- Creo que sí, pero la presidenta se empeña en dar a entender que vendrán tiempos mejores.
- ¿Se puede pensar que Cristina no terminará su mandato?
- Creo y espero que cumpla con su mandato, lo espero por el bien del país. A todos nos conviene que termine. La misma oposición no está preparada para asumir, ni hoy ni en el corto plazo.
- ¿El año 2011 es el fin del kirchnerismo o puede haber sorpresas?
- Hoy por hoy creo que el kirchnerismo cumplió su etapa, con sus claroscuros. Un suceso bisagra fue el conflicto del campo. Además, la situación fiscal, no obstante el precio de la soja se mantenga, es delicada, lo que le impide tener al Ejecutivo el colchón de tres o cuatro años atrás.
En el peronismo hay lealtades que el kirchnerismo ya no tiene y eso quita apoyo a un Kirchner 2011. En primera vuelta se puede vislumbrar un triunfo, pero en segunda vuelta podría ocurrirle lo que le iba a pasar a Carlos Menem en 2003, ya que ha aglutinado a muchos sectores en contra.
- ¿Qué evaluación hace de la oposición?
- Es preocupante que haya una oposición tan fragmentada; si se va a unir sólo por el espanto a Kirchner, puede reeditarse la alianza de 1999. Debe haber un programa común, con puntos básicos, sino corremos riesgos que ese gobierno también caduque, porque lo que se une sin comunes denominadores es vulnerable, bastante peligroso. Sería necesario que en estos dos años que le quedan al Gobierno actual, la oposición formule un programa común, que no se peleen tanto por cuestiones menores y que piensen en la posibilidad seria de conducir la Nación en 2011. Si es así, la ciudadanía lo premiará. Si sigue peleando por mezquindades le da aire al kirchnerismo.
- ¿Qué análisis realiza de la guerra con el Grupo Clarín?
- En términos maniqueos, ninguno es el bueno ni el malo. Sabemos qué papel jugó Clarín en la historia, no ha tenido una postura clara y siempre asumió posturas críticas en los últimos tres mandatos presidenciales cuando ha dejado de ser beneficiado. Cuando fue beneficiado por Duhalde estuvo de su lado, luego estuvo muy a favor de Kirchner y hoy asume una postura crítica a partir de que el Ejecutivo lo responsabiliza de ser responsable de la catástrofe electoral de junio. Argentina necesita diversidad pluralista de medios, pero no la garantiza necesariamente esta ley. Creo que el kirchnerismo contribuyó a que Clarín se victimice y se coloque como un chivo expiatorio.
- ¿La gente le cree al diario?
- Relativamente, creo que le ha ido tomando el pulso. Debe saberse que hay vida después de Clarín y de este Gobierno. La ciudadanía debe saber que necesitamos otros medios, más innovadores y con posturas más claras. Argentina necesita una radiografía de medios distinta y para eso debe haber inversión de capital, para contribuir a una opinión pública más seria, que no sea manipulable ni por grupos ni por gobiernos.
- ¿Kirchner está detrás de todas las decisiones de la presidenta?
- Está comprobada su influencia y es triste esta realidad. Hay un libro de Luis Majul que habla de cómo manipula a la presidenta. Es una autocrítica que debemos hacernos, porque los argentinos tendemos a apoyar matrimonios y hay que ver que en muchas cuestiones que atañen a la cosa pública aparece lo privado.
- ¿Cuando Néstor gobernaba, Cristina lo influenciaba?
- Es un matrimonio particular, de influencia mutua, ella es la faz intelectual y él el hacedor. Antes se disimulaba cuando era senadora. Ella es la más institucionalista. El es más ejecutivista, personalista. En su momento, Cristina alcanzó a influirlo, de manera positiva. Eso hoy se disimula por su rol ejecutivo, que no lo siente, entonces se nota más.
- ¿El encuentro con el Papa puede modificar la relación con la Iglesia?
- No creo, fue un hecho particular.
- ¿Es sincera la preocupación de la Iglesia por la situación social o se pronuncia sólo para “pegarle” a los K?
- A medida que pasa el tiempo, los Kirchner tuvieron la rara habilidad de aglutinar actores inaglutinables, entonces todos hacen leña del árbol caído, incluso la Iglesia.
La Iglesia históricamente tuvo un sector que se preocupó por los pobres... la Iglesia argentina es muy particular, hay cierto sector más conservador.
- Luis Juez reitera que la Justicia en Argentina investiga a los gobernantes cuando han dejado el poder. ¿Considera que es así? ¿Cree que pueden ser procesados los Kirchner en la causa por enriquecimiento ilícito?
- Dependerá de la actitud de los jueces, que no han sido independientes en este país, porque hay demasiada dependencia del sector político, sino hubiera pasado lo de Italia, en donde un par de jueces llevó a la cárcel a casi todo el sistema. Pero va a pasar lo mismo que ocurre con la sociedad: a medida que los jueces perciban que el poder político de los Kirchner es cada vez más débil se van a animar a hacer cosas. Puede suceder lo que uno sospecha, que cuando dejen el poder terminen en la cárcel. Pasó con Carlos Menem. Además hay aires revanchistas en ciertos sectores, lo que no es positivo, pero el matrimonio contribuyó también en este clima.

Diego Bengoa