Escribe: Alexis Sorda
Desde La Paz

Ya mientras se esperaban los primeros resultados de los comicios, los números de boca de urna indicaban una clara victoria de Evo Morales por 12 puntos a su principal competidor, Manfred Reyes Villa.
Desde muy temprano los ciudadanos bolivianos se acercaron a los colegios habilitados para emitir su sufragio. En lugares como La Paz se percibía el entusiasmo por participar del proceso.
El nuevo padrón biométrico generó algunos problemas de ajuste al nuevo sistema. A algunos votantes se les cambio su lugar habitual de sufragio y hubo conflictos con los padrones de los residentes en España.
Los primeros resultados en conocerse fueron los de las urnas en el extranjero y en las cárceles locales: en todas esas mesas había una ventaja clara del MAS sobre Reyes Villa.
Bien temprano, el presidente Evo Morales emitió su sufragio y aseguró que el destino del país estaba en manos de los bolivianos. Dijo que no festejaría antes de conocer los resultados definitivos.
“Yo no me siento ganador, soy humildemente optimista”, fueron sus primeras declaraciones, pero ya por la tarde se preparaba el palco en la plaza Murillo de La Paz para llevar adelante los festejos de los resultados.
Si bien todos los analistas coincidían en un claro triunfo, el porcentaje por el cual Evo Morales fue reelegido es importante para darle impulso a los cambios que establece la nueva Constitución. Si el partido oficialista MAS no hubiera conseguido los dos tercios en la Cámara, se hubieran escabullido algunas de las reivindicaciones sociales que la Carta Magna posee, ya que faltaría el proceso de reglamentación.
“Aquí en la Corte (Nacional Electoral), estamos con Evo, pero la jerarquía es fascista”. Así comenzó el dialogo con El Diario, Gabriela Aguirre, trabajadora del Departamento de Informaciones de la CNE.
“Aquí el pueblo está muy politizado, la gente está al tanto de todo”, agrega.
“El proceso de cambio en Bolivia es de una intensidad absoluta. La gente como nunca está participando porque cree que al involucrarse las cosas cambian. Los sectores históricamente marginados, como los indígenas o mestizos, que viven en departamentos donde nunca ha llegado ningún presidente, participan porque saben que las cosas están cambiando. Hay una evidente proliferación de la construcción, las escuelas rurales tienen Internet, precisamente en un país con problemas raciales muy fuertes, con mucha conciencia colonial, la gente siente que su presidente los representa.
Gabriela añade que tienen “una tradición de medios de comunicación funcionales a la derecha” y que “son medios que responden a sus directores, que están dominados por la gente poderosa de este país”.
Dice que su objetivo es "sabotear todo este proceso político" y que auguraron que Morales no superaría el 53%.