“No sé qué esperan... ¿Que haya un muerto?”, dijo Arnaldo Molina, trabajador del Hospital Pasteur e integrante de la comisión de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), al hacer referencia a la preocupación por la falta de seguridad en el centro de salud.
“Es un tema que se viene arrastrando desde hace décadas y no quieren darle solución”, indicó.
Hace casi 10 años y en virtud de un reclamo del personal del Pasteur, la dirección decidió contratar adicionales de Policía. “De un día para otro, le dieron de baja a ese servicio, supuestamente, por que habían acumulado una deuda con la Policía que no se podía pagar”, dijo Molina.
En ese estado de cosas, siguieron reclamando y así consiguieron que contrataran un servicio privado. “Era una especie de portero que organizaba la entrada y las visitas y, en caso de advertir algún problema, llamaba inmediatamente a la Policía. Nos sentíamos más protegidos”, dijo Molina.
Sin embargo, ese servicio también fue dado de baja en los primeros días de diciembre de este año. Según explicó en su oportunidad Guillermo Tomas, el director, llamaría a “la brevedad” a la fuerza policial para recontratar el servicio de adicionales.
Sin embargo, esto aún no ocurrió, pese a que pasaron casi diez días desde que retiraron al personal de portería.
El clima de preocupación se agudizó el martes, cuando una persona alcoholizada agredió físicamente a la médica de guardia.
“Yo quiero señalar que si pasa algo, el único responsable es el director. Ojalá que por esta demora o despreocupación en contratar seguridad no tengamos que lamentar un muerto, pero si llega a ocurrir, el único responsable es el director”, reiteró el dirigente de ATE.
“Me pregunto porqué no rescindió el contrato de la empresa privada recién cuando tuviera listo el tema de los adicionales”, agregó.
Dijo que cada vez que se lo plantean “contesta con evasivas, que ya va a llamar al comisario, que va a preguntar al ministerio, pero en los hechos, estamos a merced de que alguien venga y agreda o robe”.
La preocupación es creciente, dado que sienten que, especialmente en horas de la noche, los trabajadores están desprotegidos frente a posibles agresiones, como la que ocurrió el martes último.