Primer acto

A las 11, en el cementerio local, la Asociación Verdad Real y Justicia para Todos que encabezan Mary Amaya y Mónica Fornero reunió a los familiares de las personas asesinadas en los últimos años y cuyas causas judiciales no han sido resueltas.
En el lugar también se hallaban la hija y hermanos de la ciudadana desaparecida Mariela Bessonart, y el dirigente Alejandro Roganti, por cuyos casos también viene reclamando esa entidad.
El acto fue acompañado por los representantes de otras entidades sociales que acompañan la lucha de Verdad Real y Justicia... También pudo verse en el lugar al Defensor del Pueblo, Ricardo Borsatto, entre otras autoridades y personalidades.
Entre los presentes se distribuyeron globos blancos con el nombre de cada una de las víctimas de los crímenes sin resolver. Al tiempo que Fornero los iba nombrando, el globo era soltado hacia las alturas. Fue uno de los momentos más impactantes de la reunión.
En su discurso, Amaya hizo un racconto de la historia de los Derechos Humanos, para reivindicar el derecho a la vida que tenían los seres queridos de esas familias y que, sin embargo, fueron asesinados.

Impunidad y corrupción

“Nuestra situación se agrava cuando ellos fueron arrancados de manera violenta de la vida y hoy los autores permanecen en la mayor impunidad”, dijo.
Y agregó: “Impunidad que en muchas ocasiones es fruto de la incapacidad, ineptitud, inoperancia, pero también de la indiferencia, de la no participación, del no te metás, del temor o de la corrupción”.
Los presentes finalizaron entonando las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Desde las 18, en plaza Centenario comenzaron a reunirse represnetantes de Solidaridad Global, VACAP, CTA de Villa María, Centro de Estudiantes de Sociales y Humanas de la Universidad Nacional, Juventud Guevarista, Asamblea de Defensa de la Democracia, Tienes que Decidir y jóvenes trabajadores sociales.
Desde una radio abierta se señaló que las plazas históricamente han sido usadas por el pueblo para decir lo que siente. El documento central de la convocatoria -que se repitió en la capital provincial y San Francisco- lleva por título “Contra la impunidad de la violación de los derechos humanos de ayer y de hoy: Anulación del Código de faltas. Basta de abuso policial”. La visión de estos colectivos es también reivindicativa de los derechos humanos como los de vivienda, salud, igualdad para las minorías sexuales y contraria al avasallamiento de las libertades en las que incurre la policía local, “con un un promedio de diez detenciones diarias bajo la figura del merodeo (contemplada precisamente por ese Código de Faltas vigente), la mayoría de la scuales terminan en abusos”.
En el lugar hubo actuaciones artísticas y proyecciones en una gran pantallas de vídeo.
El documento fue leído por la radio abierta. En más de una ocasión locutoras y locutores volvieron sobre sus párrafos para señaloar que “legalmente, el Código de Faltas es una aberración incompatible con las garantías más básicas de un proceso judicial”.
“El abuso policial se sirve del Código de Faltas como herramienta... En `democracia´ las fuerzas policiales recorren las distintas ciudades de la provincia golpeando, provocando y deteniendo de manera arbitraria... y los regímenes municipales no son la excepción”.
Más adelante, se considera que “el juicio y castigo a algunos genocidas es evidentemente un triunfo de la lucha popular”.

Segundo acto

Desde las 18, en plaza Centenario comenzaron a reunirse representantes de Solidaridad Global, VACAP, CTA de Villa María, Centro de Estudiantes de Sociales y Humanas de la Universidad Nacional, Juventud Guevarista, Asamblea de Defensa de la Democracia, Tienes que Decidir y jóvenes trabajadores sociales.
Desde una radio abierta se señaló que las plazas históricamente han sido usadas por el pueblo para decir lo que siente. El documento central de la convocatoria -que se repitió en la capital provincial y San Francisco- lleva por título “Contra la impunidad de la violación de los derechos humanos de ayer y de hoy: anulación del Código de faltas. Basta de abuso policial”. La visión de estos colectivos es también reivindicativa de los derechos humanos como los de vivienda, salud, igualdad para las minorías sexuales y contraria al avasallamiento de las libertades en las que incurre la Policía local, “con un promedio de diez detenciones diarias bajo la figura del merodeo (contemplada precisamente por ese Código de Faltas vigente), la mayoría de las cuales terminan en abusos”.
En el lugar hubo actuaciones artísticas y proyecciones en una gran pantalla de vídeo.
El documento fue leído por la radio abierta. En más de una ocasión locutoras y locutores volvieron sobre sus párrafos para señaloar que “legalmente, el Código de Faltas es una aberración incompatible con las garantías más básicas de un proceso judicial”.
“El abuso policial se sirve del Código de Faltas como herramienta... En ‘democracia’ las fuerzas policiales recorren las distintas ciudades de la provincia golpeando, provocando y deteniendo de manera arbitraria... y los regímenes municipales no son la excepción”.
Más adelante, se considera que “el juicio y castigo a algunos genocidas es evidentemente un triunfo de la lucha popular”.

Tercer acto

A las 20.30, en el Reloj de Sol de la costanera, dio comienzo la actividad propuesta por APDH, Asamblea Todos por la Justicia, Verdad Real y Justicia para Todos, Asociación Eduardo Requena, AMMA, Asociación Fundadora de Verdad y Justicia, SEP, UEPC, Iglesia Cristiana Evangélica, CGT, Colegio de Profesionales en Servicios Sociales, Quijotada, El Estilóbato, Cispren, Grupo por la Diversidad Sexual, EcoSitio.
En el lugar se leyeron las adhesiones de Oscar Mengarelli de CTA Córdoba, el periodista Miguel Borsatto, el ruralista Carlos Bergia y la Universidad Nacional de Villa María, entre otras.
Hubo actuaciones del grupo Quijotada, canciones interpretadas por Graciela Yessin muy aplaudidas por los presentes y cuatro estudiantes (Tamara Pereyra, Iohana Arias, Abril Zapata y Luciano Bévolo) dieron lectura a un documento consensuado entre las entidades organizadoras:
“ El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas produjo uno de sus pronunciamientos más importantes y trascendentes, al proclamar la Declaración Universal de los Derechos Humanos y disponer que su texto fuera expuesto, leído y analizado en el mundo, fundamentalmente en las instituciones educativas, y aún hoy en nuestro país no se enseña como asignatura...
Nos merecemos un mundo mejor, asumamos definitivamente el compromiso de cambiarlo, por los otros, por nosotros y procurando que los derechos estén al alcance de todos, que sean una realidad tangible. Somos personas y nos merecemos un mundo mejor, tengamos la disposición para cambiarlo.
Los organismos de derechos humanos y las entidades que lo acompañan conforman una corriente pluralista, política, social y religiosa y, en relación con los gobiernos elegidos por el pueblo, adoptamos una posición de autonomía política.
Debemos luchar para garantizar y profundizar los avances que se han logrado en derechos humanos, sustentados en los valores de verdad, justicia y memoria, como fruto de las inagotables luchas populares.
Asumamos este encuentro y participemos de una genuina reflexión, honesta sobre todas las cosas, que signifique evaluar cuánto hemos dejado de hacer y si nos hemos quedado simplemente en la crítica”, señaló el extenso documento en algunos de sus párrafos.