La Comedia Universitaria, el espacio coordinado por la actriz local Alicia Muxó desde hace varios años, continúa siendo un interesante semillero de valores artísticos. En dicha empresa, el colectivo de jóvenes artistas se embarcó en la investigación y montaje de la clásica obra de Molière “El enfermo imaginario”, la última pieza escrita por el genial dramaturgo francés en 1673. El jueves pasado y en la sala del Instituto de Extensión de la UNVM, el grupo de ocho integrantes presentó la última función del año ante una sala repleta. Aún padeciendo los fuertes chaparrones que repercutían en el techo y complicaban una buena audición (de hecho se debió repetir una escena), el elenco logró plasmar con soltura y dinamismo una comedia de enredos donde afloran las malintenciones y complots familiares y una deliciosa sátira sobre el oficio del galeno y la ciencia medicinal. Con logrados roles, Fernando Viruega personificó al hipocondríaco Argan quien ingenuamente cree en el amor de su esposa Belisa (una impecable Mariana Pons). Antonia (una simpática Paula Cañas, regalando guiños al público), es la verdadera rectora de la pieza, desentrañando falsedades y articulando cual marionetas a los demás componentes. Actuaron además: la siempre precisa Rocío Orozco, Ramiro Chanquía, María José Dacal, Belén Paviolo y Marina Zemo. Asisitieron Marisabel Demonte y Valeria Plovanich.

J.R.S.