“No trabajamos en la calle por la violencia policial. En Villa María, las mujeres están atemorizadas y horrorizadas por la Policía, entonces optaron por estar puertas adentro, donde son explotadas.”
Con vehemencia, María Eugenia Aravena, secretaria General del Sindicato de Trabajadoras Sexuales, habló con EL DIARIO desde Córdoba, y expresó su parecer sobre el proyecto del Gobierno de Eduardo Accastello de prohibir la apertura de whiskerías y cerrar las existentes, enmarcado en la lucha contra la trata de personas.
Aravena remarcó que “hay una peligrosa tendencia a mezclar el trabajo sexual por elección y de manera independiente, con la trata y la explotación”.
“Muchas chicas eligieron no trabajar en la calle por la violencia policial, tanto es así que no pudimos crear la delegación en Villa María por el temor” a la fuerza de seguridad local, reveló.
Aravena recordó que cuando Accastello fue ministro de Gobierno de la provincia, mantuvieron una reunión con él y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), para exponer la problemática: “El conoce perfectamente la situación y la represión de la Policía. A diez días de Navidad sale con esto, y yo me pregunto si hay alguna política destinada a darle de comer a todas las personas que hoy viven de esto”.
“Lo primero que deben hacer los funcionarios públicos es sacarse la careta, porque existe una gran hipocresía. ¿Recién ahora se dan cuenta de que existe la trata?”, señaló.
“Deben adoptarse políticas en serio y no incurrir en palabrerío. Parece que recién ahora se dan cuenta de que existe la trata”, indicó.

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Aravena admitió que en las whiskerías, las mujeres son explotadas por los proxenetas, que se quedan con el 50% de lo que ganan.
“Todo el que trabaja puertas adentro, deja el 50% en manos de un proxeneta, y es ese el delito: el proxenetismo. Las trabajadoras sexuales tienen que cumplir muchas obligaciones pero casi no tienen derechos”, subrayó. Ante la consulta, advirtió que en Villa María hay gran explotación y que “llevan a las chicas y en una semana les cambian la identidad”.
El sindicato tiene alrededor de 500 afiliadas, 30 de las cuales son de esta ciudad. “Son trabajadoras adultas independientes, pero el gran número está puertas adentro y los rufianes no dejan que lleguemos a ellas”, señaló.
Más allá de toda esta situación, Aravena está en desacuerdo con el proyecto oficial porque considera que se confunden las cosas y que no hay una política seria. “Va a perjudicar a quienes trabajan de manera independiente, y yo me pregunto quién va a darle de comer a todas estas familias cuando ya no se pueda ejercer”.
“Sin whiskerías, van a terminar en la calle otra vez, donde son golpeadas, violadas y le tienen que dar el dinero a la Policía. Las adultas e independientes van a terminar pagando los platos rotos. Vemos que en bulevares de Villa María son perseguidas y maltratadas”, denunció.
Recordó que la prostitución no es un delito y dejó en claro que “estamos en contra de la explotación y la trata de personas, y de hecho esto nos costó la vida de una de nuestras dirigentes”, pero no avaló la iniciativa de Accastello tal y como está planteada.
“Deberíamos ser consultadas por el Gobierno. Lo que están haciendo, ellos y las organizaciones que luchan contra la trata, es una falta de respeto a todas las que ejercen de manera independiente. Nos ocuparemos de esto que está pasando en Villa María y de hecho ya nos hemos reunido ante la noticia”, reveló. D.B