Cuándo comienza el trabajo de parto? ¿podré identificar las contracciones? ¿y si el bebé quiere nacer y no me doy cuenta? Estos son algunos de los temores que escucho a diario de mis alumnas, y probablemente puedan ser también los tuyos. Es por eso que decidí contarte las formas en que puede desencadenarse el trabajo de parto.
Cuando la mamá llega a la semana 38 de gestación, teniendo en cuenta el primer día de la última menstruación, el bebé se encuentra listo para nacer. Desde este momento tienes que esperar que el trabajo se desencadene. El interrogante tiene que ver con ¿cómo va a comenzar este parto?
El parto puede desencadenarse de tres formas diferentes, una tiene que ver con las contracciones, la otra con la fisura de las membranas (lo que se conoce popularmente como fisura de bolsa) y la otra con la ruptura de las membranas.
Cada una de estas situaciones son diferentes pero indican que pronto tu bebé dejará de estar en el útero materno para pasar a tus brazos.
Voy a comenzar con las contracciones, ya que según mi punto de vista es la mejor forma de empezar con el trabajo. Las contracciones del útero están presentes siempre durante la gesta, sólo que hay algunas que ayudan al útero a prepararse y otras que te llevarán a dilatar el cuello del útero o cérvix para que el bebé pueda entrar en el canal del parto y nacer.
Estas contracciones tienen que tener ciertas características “una intensidad, una duración y un ritmo que deben ser efectivos”. Se dice que cuando las contracciones llegan cada cinco minutos, con una buena intensidad y si este ritmo se mantiene durante por lo menos media hora, el trabajo de parto se ha desencadenado. Para estar seguros de esto, la embarazada o su acompañante deberán hacer un conteo y anotar en una tabla, para llevar un registro en el que estarán contemplados datos como los siguientes: hora en que comenzaron las contracciones y cada cuánto se sucedieron. Con esa tabla podrán aportar datos concretos y ciertos de qué es lo que está ocurriendo en el momento de hablar con el/la obstetra o en el momento de la internación. Estas contracciones tienen una intensidad moderada, por lo que no esperes tener molestias importantes. Algunas mujeres manifiestan sentir como una incomodidad pre-menstrual.
Pasada la primera media hora de conteo tendrás que comenzar a prepararte para dirigirte a la clínica, puedes bañarte, buscar los últimos elementos, revisar que todo el bolso esté completo, etcétera.
Otra forma en la que el parto puede desencadenarse tiene que ver con las membranas, cuando ésta se fisura el líquido amniótico comienza a salir por la vagina pero en pequeñas cantidades, por lo que algunas mujeres dudan sobre si es que fisuraron la bolsa o es que se les escapó una pequeña cantidad de orina. Para que estés segura de que es líquido amniótico y no orina puedes sentarte en el baño para orinar y luego realizar la contracción de los músculos del periné, esperar unos segundos y si es que sigue cayendo líquido, seguramente es amniótico. Por otro lado las características de ambos son diferentes, la orina es de color amarillo y el líquido es incoloro; el líquido tiene olor a lavandina o a esperma y la orina no; entre otras diferencias. Otra técnica que puedes utilizar es recostarte durante una hora y dejar que el líquido se acumule en la vagina, al levantarte va a caer todo junto y podrás observar sus características en el apósito. Frente a este hecho (si el líquido es transparente y sin sangre) puedes tomarte hasta tres horas para llegar a la clínica.
Si la bolsa se rompe el líquido saldrá en gran cantidad y no habrá dudas. Frente a este hecho y con un líquido en condiciones normales tienes más o menos una hora para llegar a la clínica. Recuerda que éstos son indicadores de trabajo de parto y que tu bebé va a nacer. En pocas horas podrás disfrutar de tu hijo y ése tiene que ser tu único pensamiento, la mejor forma de vivir el trabajo de parto sin sufrirlo es pensar que tu sueño de ser madre está por cumplirse.
Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación
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