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Peralta debió sentarse solo en el banquillo de los acusados, ya que el otro sujeto implicado en el asalto no concurrió a Tribunales. Aquí, junto a su defensor y la secretaria Gabriela Sanz |
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Un ladrón reincidente fue condenado ayer por tercera vez por la Justicia villamariense, luego que reconociera haber participado en un asalto callejero junto a otro sujeto y dos menores, en perjuicio de un joven motociclista.
Se trata de Sergio Sebastián Peralta, alias “Checho”, quien recibió una pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo tras haber sido declarado coautor del delito de “robo calificado por uso de arma” cuya operatividad no se pudo acreditar ya que jamás fue encontrada.
Peralta, alias “Checho”, de 24 años de edad (nació en esta ciudad el 6 de setiembre 1985), debía ser juzgado junto a Darío Sebastián González, apodado “Quique”, de 22, quien se encuentra en libertad.
Sin embargo, González no concurrió a Tribunales y luego de ser esperado más de dos horas para que compareciera, el camarista Héctor Fissore lo declaró en rebeldía y ordenó su inmediata detención.
La audiencia estaba programada para las 8.30, pero por ese motivo recién comenzó pasadas las 11. Previamente, el padre del joven rebelde, Luis Adelmo López (el muchacho lleva el apellido de la madre), se presentó espontáneamente en la Cámara del Crimen para informar que su hijo había decidido no presentarse y que se había ausentado de Villa María, no pudiendo dar más explicaciones al respecto.
Sin condicional
Así, Peralta se sentó en soledad en el banquillo de los acusados y sobre el filo del mediodía escuchó la sentencia que lo dejará en la cárcel de barrio Belgrano hasta -como mínimo- los últimos días de octubre de 2011.
Ocurre que como se trata de un reincidente, no tendrá acceso a la “libertad condicional” y sólo podrá solicitar el beneficio de la “libertad asistida” (que permite el egreso seis meses antes del cumplimiento total de la pena) cuando cumpla dos años y medio entre rejas, siempre y cuando observe buena conducta durante el período de detención.
Peralta se encuentra privado de la libertad desde el 24 de abril del corriente año, apenas un día después del asalto por el que fue juzgado y condenado por tercera vez.
En efecto, alrededor de la 0.30 del pasado 23 de abril, y tras haberse quedado sin nafta, Laureano Reynoso circulaba con su moto a tiro por avenida Intendente Maciel (la ex ruta pesada), y al llegar a la intersección con calle Sucre fue abordado por dos menores de edad, que comenzaron a golpearlo con la intención de robarle.
Instantes después, Peralta y González se sumaron al ataque delictivo; el primero lo hizo empuñando un arma de fuego y el segundo aplicando golpes de puño, con lo cual redujeron definitivamente a Reynoso y le sustrajeron un MP4 marca Philips, un teléfono celular Ericsson y una billetera que contenía documentaos y 40 pesos en efectivo.
“Me das lástima”
En ese momento Peralta le manifiesta a la víctima “no te mato porque me das lástima... vos sos el hijo del milico”, en alusión a que el padre de Reynoso es miembro de la Policía Federal.
A poco de iniciado el juicio, el imputado decidió declarar y manifestó que el estaba solo en su casa, que había bebido y consumido cocaína, y que cuando salió vio a los dos menores abordar a Reynoso y se enganchó “para ver si podía rescatar algo”.
Señaló que en ese momento se agregó otro sujeto (González), aunque dijo no saber quién es.
Tras la confesión de Peralta, lo que posibilitó que el juicio se realizara bajo la modalidad de “trámite abreviado”, el fiscal Francisco Márquez pidió la incorporación de la totalidad de la prueba por su lectura, a lo cual el abogado defensor, Eduardo Luis Rodríguez, prestó conformidad.
Al momento de formular su alegato, el acusador público analiza que si bien se utilizó un arma de fuego para cometer el delito, la misma no fue hallada por los investigadores policiales, por lo que la calificación legal que correspondía aplicar es la descripta en el último párrafo del artículo 166 del Código Penal: “Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de tres a 10 años de reclusión o prisión”.
Finalmente, y en base a la colaboración brindada por Peralta en el proceso al confesar abiertamente el hecho cometido, el fiscal Márquez solicitó el mínimo de la pena, postura a la que luego adhirió Rodríguez.
Antecedentes
Sergio Peralta fue condenado en mayo de 2007 por un “hurto calificado” y se le impuso una pena unificada de tres años y 10 meses de prisión, porque tenía pendiente una sentencia anterior, también por un delito contra la propiedad.
Tras permanecer un par de años en la cárcel, recuperó la libertad el 3 de noviembre de 2008.
Al declarar en la sala, Peralta dijo que es soltero, que se gana la vida como changarín y que es padre de dos hijos menores de edad. Asimismo, reconoció ser consumidor de marihuana y cocaína.
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