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Victtorio Chiantore habló de los orígenes de la empresa y de su visión de futuro |
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Victtorio y Juan Chiantore firmaron el acta fundacional de la fábrica de gas carbónico el 26 de julio de 1958. Y comenzaron a funcionar en la calle Jujuy, entre General Paz y Alem.
"Hasta ese momento formábamos parte de Embotelladora La Río, lo que ahora es Embotelladora Villa María. Un ingeniero químico nos habló de la necesidad que había de esta materia prima... Nosotros no sabíamos prácticamente nada del tema, pero aprendimos", relató Victtorio a EL DIARIO, asumiendo el rol de portavoz al encontrarse enfermo Juan.
En aquel tiempo fundacional "eran pocas las rutas y presentaban un estado pésimo, se completaban los viajes hasta La Pampa y Santiago del Estero por trazados de tierra". "Y la única línea de alta tensión existente era la que unía a Villa María con Córdoba", recordó el empresario.
La firma produjo inicialmente cuatro toneladas diarias de gas carbónico y hoy produce 35 toneladas diarias. "Nosotros crecimos y nos desarrollamos en estos cincuenta años, porque lo hizo el país. Todo cambió en medio siglo de una manera asombrosa y muy importante", dijo Victtorio.
Capacitación
Señaló que "al principio nos nutrimos de alumnos de la Escuela de Artes y Oficios (luego Escuela del Trabajo y actualemente IPEM 49 "Domingo Sarmiento"), que tenía buenos maestros y muy buen nivel de enseñanza, para nutrir a la sociedad con torneros, carpinteros...".
"Uno de sus alumnos ingresó a trabajar con nosotros cuando terminó el servicio militar y con nosotros se jubiló hace muy poco. Tratamos de que la gente se sienta cómoda y no tenemos ausentismo", refirió el industrial, que presidió la Asociación de Empresarios de la Región Centro Argentino en dos períodos, entre 1996 y 1999.
Destacó luego el alto nivel de colaboración recíproca que actualmente tiene la fábrica con la Facultad Regional Villa María de la Universidad Tecnológica Nacional. "Ahora es la UTN la que nos brinda mano de obra, aunque en niveles superiores... Es una pena que ya no se formen torneros y hombres con otros oficios, si bien es cierto que hay mucha demanda de ingenieros químicos, mecánicos y electrónicos", reflexionó.
Trabajo sin ausentismos
Actualmente, Gas Carbónico Chiantore da trabajo en forma directa a 36 personas. Pero son muchos más los puestos de trabajo indirectos (transportistas, autopartistas, electricistas, talleristas...).
Chiantore recuerda tiempos difíciles como los vividos a mediados de la década del ‘90, por eso a la nueva etapa de expansión prefiere encararla con fondos genuinos, sin créditos.
Entendimiento
Asegura que "el país se compuso notablemente cuando salimos del uno a uno", en alusión a la paridad entre el peso y el dólar. Y dice finalmente que para afianzar "el crecimiento" es esencial "el entendimiento" entre los argentinos.
El futuro
Cuando uno le pregunta cómo avisoran el futuro, estos precursores de la industria local rápidamente arrancan para el lado del optimismo: "Estamos pensando en ampliar la producción... En el año 2000 bajó mucho la demanda de nuestro producto, pero ahora nuestra capacidad instalada está a full... Queremos crecer, pero con dinero genuino, porque cuando tomamos créditos para hacerlo, como en el ‘95, no podíamos pagar, ya que tampoco nos pagaban a nosotros. Fue un momento terrible. Ahora los economistas prevén que habrá tasas de crecimiento del orden de 4% ó 5% para unos años más. Pero para ello necesitamos claridad de parte del Gobierno y que no deje caer al campo. Si no hay desarrollo no hay bienestar. Y el desencuentro entre los argentinos le hace mal a las empresas, al país y al mundo".
Los secretos
Para los Chiantore, el principal secreto para perdurar duarante medio siglo en un país como la Argentina, donde las variables económicas son tan volátiles, es "estar concientizado en algo".
"Si uno no tiene la conciencia clara, si no tiene un objetivo claro, no logra nada", aseguran.
Después de ese precepto, indican que siempre han tratado de "ser justos y cumplir las leyes de la mejor forma posible".
"Eso sí, si teníamos que pasar diez años sin vacaciones, no las tomábamos, porque primero estaba la fábrica", apuntaron.
Es decir que el sacrificio es otro de sus secretos.
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