Con la siembra de maní prácticamente concluida y la certeza de que son menos las hectáreas con esa oleaginosa, los exportadores analizaron las perspectivas para el próximo año.
Fue en la reunión que realiza cada fin de año la empresa Global, que ofrece servicios de exportación para el sector.
En general, los empresarios consultados coincidieron en señalar que las perspectivas en lo que hace a precios son buenas, o al menos, mejores que las del año que concluye que estuvieron muy por debajo de las expectativas.
La poca superficie sembrada puede actuar como impulsor de mejoras en los precios, por la retracción de la oferta.
De todos modos, nadie cree que vuelvan los precios “inflados” de años atrás.
En lo que hace a rindes, estiman que serán medianamente positivos, si se cumplen los pronósticos climáticos, que auguran lluvias regulares para la zona manisera de la provincia de Córdoba.
Las condiciones del mercado internacional también parecen ir mejorando lentamente y esperan que los principales consumidores del mundo, especialmente Europa y Estados Unidos, vuelvan a comprar como en años anteriores.
Con ese optimismo con que miran el año próximo, los exportadores -la mayoría también productores- coincidieron en señalar que 2009 fue uno de los peores de la historia.
Entre las causas que enumeran para hacer del año que expira un ciclo negativo, enumeraron los precios muy por debajo del promedio, la crisis internacional que produjo una merma en las exportaciones y los escasos rindes provocados por las intensas sequías de gran parte del país.
Ese contexto adverso fue, seguramente, la razón principal por la que en esta siembra la superficie con maní se redujera de 230 mil a 170 mil hectáreas.
Todos los consultados destacaron como distintivo del maní que, dentro de las actividades agrícolas, es la que más empleo y valor agregado suma en beneficio de las economías regionales.