Para muchos empresarios y analistas económicos nacionales, los avatares de 2009 han presentado un desafío a la hora de interpretar la proyección del mercado argentino de cara al futuro. Es que el año en curso evidenció más que nunca la transformación del estado de ánimo de las finanzas, y su estrecha vinculación con las medidas políticas y hasta resultados electorales.
Es por ello que en tiempos de balances y anticipos sobre el desarrollo y progreso de 2010 en el contexto local dentro del rubro en cuestión, EL DIARIO entrevistó a Héctor Piredda un reconocido experto en materia de análisis económico-financiero.
Con una atención de cartera de 250 cuentas en toda la provincia, entre las que figuran empresas, Pymes, agro y comercio, hacen que Piredda no sea un consultor más en el orden regional.
En su oficina se analizan las variables financieras de los distintos mercados zonales, la influencia de factores externos al plano local, como también la relación e incidencia de las políticas nacionales dentro del gran espectro económico. Su trayectoria exige el repaso de su recorrido por distintas empresas estatales y privadas, como YPF, Banco Bansud, Banco Santander Río y actualmente está ligado a la sucursal local de una de las bancas líderes mundiales.
En su paso laboral figuran ciudades que describen la amplia geografía argentina como también la diversidad de los mercados internos. Río Gallegos, Bahía Blanca, Trelew, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia, San Francisco, Córdoba capital y esta ciudad, forman parte de su trayectoria y le permiten desarrollar una mirada crítica al presente marco coyuntural.

@ Balance 2009

-¿Qué saldo arroja el balance de 2009 para la economía y finanzas del país?
-Es preciso desmenuzar cada factor que intervino en el desarrollo y en las decisiones tomadas a lo largo de este año, año en el cual, desde aquel fatídico 2008, se pronosticaba como el final del recorrido de una ola gigante tipo tsunami que había arrancado allá por los años 2006/2007, casi sin darnos cuenta y que sin duda alguna ocasionó el daño que se esperaba. Porque digo arrancó en el 2006/2007, porque desde ese entonces, ya había justificados temores desde los gobiernos internacionales de países desarrollados y desde el propio Gobierno argentino y, por ende, desde aquellos directamente vinculados al tema financiero mundial, sobre una tendencia a la espiral inflacionaria, originada por la sobreoferta de dinero, con una guerra interna de precios versus salarios. Este escenario se aceleraba como resultante en nuestro país, de un control centralizado de las variables económicas.
En lo que le toca a Argentina, allí comienza la negación de lo obvio, allí comienza la urgente necesidad de pensar y de usar herramientas económicas que se suponían iban a amortiguar el golpe de la ola, allí comienza la necedad de algunos y la quietud o desidia de otros. Que el tsunami económico no nos tapara y ahogara, dependía de si nuestra cintura y recursos (o capital político regional) alcanzaban para comprarnos un bote a remo o una lancha con motor fuera de borda. Algunos pudieron comprar la lancha y otros no.
A nivel internacional, la postura de Argentina respecto al resto del mundo, tuvo sus argumentos y consecuencias y a nivel local, incluso por zonas geográficas, también tuvimos distintas vivencias o resultados. En el caso nuestro, Villa María respecto a otras localidades del interior de Córdoba, inclusive respecto al resto del interior del país, tuvo o tiene resultados distintivos.
-¿Cuáles son esas distinciones del mercado villamariense con respecto a otros mercados regionales?
-La economía local y en caso regional a través del Eninder, tuvo disponibilidad de recursos del Gobierno nacional para mostrar inversiones en obras como, por ejemplo, tramos de la autopista que une Córdoba-Rosario, la costanera, planta depuradora, 400 viviendas, y se prevé, próximamente, el hospital zonal, un nuevo puente sobre el río Ctalamochita, ampliación y asfaltado de la costanera, aeropuerto, circunvalación de la ciudad, techado del anfiteatro, etcétera.
Muchas de estas obras ya están incluidas dentro del presupuesto del año 2010. El final de la historia escribe que Villa María tuvo un ingreso de flujos totalmente fuera de contexto que posibilitaron una continuidad de obras soñadas por largo tiempo algunas y otras no, pero que alegraron el espíritu visual de los villamarienses, permitiendo formar una sensación de crecimiento utópico sobre basamentos endebles, pero obras al fin que ya nadie puede derribar, salvo el desgaste producido por el tiempo. Pero por otro lado se registró una disminución del orden del 40% en el volumen de ventas, que obligó a la concentración y por ende un inevitable ajuste de personal.
-Con este panorama, ¿cómo se proyecta 2010 para el mercado local?
-Resulta difícil planificar una continuidad de este tipo de eventos constructivos (solo podemos inferir que el próximo año para nuestra ciudad será otro año de obras), pero basado en inversiones de capital que no serán generadores de valor agregado, ya que no existe sustento económico ni financiero que permita planificar sobre las mismas como políticas de estado, solo permite ir anexando una ilusión detrás de otra, en tanto y en cuanto pueda contar con la lancha y el motor de potencia.
Si como dicen los libros de economía, nos basamos en que realmente se sustenta al crecimiento de una región y un país, para construir desde allí una prospectiva y escenario, (es decir, nada más y nada menos que la producción de bienes y servicios), que generen nuevos empleos, mayor producción, que a su vez generen saldos exportables, que a su vez generen ingresos de divisas, que a su vez generen incremento de nuestro PBI, superávit fiscal; allí nos vamos a encontrar con lo obvio, todo lo hecho fue hecho con capital de trabajo y no con generación genuina de recursos.

@ El campo: presente y futuro productivo

-¿El agro estará por encima de otros rubros en materia de producción en nuestra región para el próximo año?
-Con este escenario dejamos en manos casi en forma inevitable y exclusiva, a la producción agropecuaria, una vez más como el motor que genere movimiento al comercio tanto local como regional, involucrando a la industria metalmecánica y agroindustrial y por lógica esto como sustento para mantener el empleo. No solucionado el conflicto con este sector, parece no muy claro el panorama para el futuro inmediato. Y podemos quedar envueltos en un optimismo infundado. El año 2009 fue dedicado a recuperar lo que se perdió en 2008, tanto en ganadería, lechería y agricultura, donde la baja de precios e incremento de costos, hizo mucho depender si se alquilaba o se era propietario de las hectáreas en producción.
Este fue un año de transición, donde se estuvo obligado a la venta de activos, asumir una mayor tasa de deuda, y donde hubo que decidir qué producir y dónde producir. Donde la relación renta/alquiler y renta/propietario, paso de 2 a 1 hacia 5 a 1 (propietario versus inquilino).
Hacia 2010 vamos camino a analizar primero lo hecho y qué vamos a hacer. Recuperar rentabilidad aplicando diversificaciones en la producción. Realizar inversiones sólo si es necesario. Tratar de financiar a través de bancos, para el caso de aquellos que se queden en la producción.
En este aspecto partimos de la base de la intención del Gobierno de ofrecer fondos con tasas subsidiadas y provenientes de las AFJP estatizadas o de Lotería Nacional, por ejemplo, a través de los bancos en donde quedaron los depósitos de plazo fijo de las citadas AFJP. Sin dudas que esto es ejercido como elemento de presión a la banca privada internacional, la que sigue teniendo como mejor negocio prestarle al Estado que al público en general y Pymes (que sufren las debacles de la economía argentina), para mantener la rentabilidad histórica.

@ El año 2010 y la Argentina

-¿Existen políticas nacionales concretas de distribución federal de la producción?
-De acuerdo a las estimaciones realizadas por diversos estudios más del 60% del PBI del país se concentra en la provincia de Buenos Aires. Esto nos lleva a decir que existe una política que produce la negación del federalismo, porque bajo esas condiciones las instituciones y principios básicos del federalismo no funcionaron y la distribución de los recursos fiscales a través de las sucesivas leyes de coparticipación federal de impuestos, que en apariencias redistribuyeron ingresos hacia las regiones menos desarrolladas, al final de cuentas constituyeron un mecanismo más para consolidar el modelo de administración centralizado. Los resultados lo confirman. La irracionalidad operativa de esta distribución espacial se manifestó históricamente de diversas maneras. En el caso de la comercialización de granos, las instituciones tanto estatales como privadas tendieron a radicarse en Buenos Aires aún cuando el almacenamiento y el despacho de la mercadería se ubicaban en la zona de influencia del puerto Rosario o de Bahía Blanca.
-¿Cómo se encuentra el sistema bancario respecto a 2001?
-A diferencia de 2001, hoy los bancos se encuentran con altos índices de liquidez, pero con mayor cautela sobre el riesgo a asumir, dado que no todos los sectores mostrarán signos iguales de recuperación en el próximo año.
-¿Y cuál será la tendencia para 2010 en materia económica para la Argentina?
-A nivel nacional la tendencia es que aquellas empresas que logren acuerdos con el Gobierno y que dentro de su producción tenga gran porcentaje de la misma destinado a la exportación (Arcor, Techint, YPF, ALUAR, automotrices, electrónicas de Tierra del Fuego (excepto el agro por persistencia del conflicto), serán las que concentren la mayor parte de subsidios o reintegros como quieran llamarles, y las que marcarán la diferencia en el bienestar de la población donde se encuentren radicadas respecto a aquellas que no tengan iguales oportunidades. Mejorar la calidad de la información que permita realizar mejores análisis de factibilidad, y lograr una agricultura sustentable con incursión de rotaciones con cultivos alternativos no fundamentales, serán ejes importantes.
Argentina toda deberá estar atenta y aprovechar las oportunidades frente al mundo, se está produciendo un incremento en la población de consumo, crecerá la demanda de alimentos. Por encima del crecimiento de la oferta de los mismos.
Texto: Ariel Grande
Fotos: Luciano Menardo