Por una cuestión de espacio no podemos publicar completa la carta de la magister María T. Magi referida al protagonismo de los animales en la Navidad, dándole calor al Niño Jesús en el Pesebre durante aquella fría noche.
La mujer, una reconocida proteccionista local, plantea la necesidad de brindarles a los animales en esta noche una mano amiga que los acaricie, el alimento suficiente y una cucha para el descanso. “Por una Navidad sin pirotecnia, que los aterroriza.”