|
|
|
|
|
|
|
Padre e hijo no ocultaron su pesar por la falta de contención que tuvieron los chicos |
|
|
|
|
|
Todo era felicidad para los chicos que habían terminado el secundario en la ex Escuela del Trabajo (Ipem 49) y disfrutaban de su merecido viaje de estudios en Bariloche. Pero, el viernes 18, cuando regresaron del boliche, seis jóvenes entraron a la habitación que ocupaban en el Hotel Cambria y descubrieron que les habían robado casi todas sus pertenencias.
El robo, fue el comienzo del calvario. “Cuando nosotros vimos todo lo que faltaba, pensamos primero que era una broma. Recién cuando nos levantamos avisamos a nuestras familias y advertimos que era en serio”, dijo Leonardo Bergero, uno de los jóvenes damnificados.
“Pero lo peor vino después, porque los docentes nos quisieron poner en contra entre nosotros, haciendo que dudáramos si había sido alguno de los compañeros. Pero estábamos todos en el boliche”, dijo.
Fernando, el padre de Leonardo, relató que tenía una gran impotencia de no poder acompañar a su hijo en ese momento. “Estábamos a miles de kilómetros y no le daban contención quienes deberían habérsela dado”, dijo.
“Nosotros sabemos que es casi imposible recuperar todo lo que les faltó, pero queremos que alguien se haga responsable. La directora, Miriam Saura, que estaba en Bariloche con los chicos o la empresa, Expreso Sur, que se lavó las manos”, agregó.
Piensa llevar el tema a la Inspección de la que depende la ex Escuela del Trabajo y analiza también con un abogado la posibilidad de hacer una presentación contra la empresa.
“A los chicos les arruinaron el viaje. Muchos de esos seis, habían trabajado mucho para poder comprarse ropa para el viaje y se quedaron sin nada. Además, no los contuvieron. Estuvieron mal hasta el regreso”, agregó.
Leonardo cuenta que los responsables de la empresa y los docentes hicieron una exposición policial el lunes 21, cuando ya regresaban a Villa María.
Allí dejan constancia que el hotel tenía medidas de seguridad. “Eso es cierto, nosotros vimos las cámaras que dan al pasillo y está claro que nadie entró esa noche a la habitación por la puerta. Pero la ventana era de fácil acceso desde el exterior”, dijo el joven que todavía no se puede recuperar del mal momento.
“Es imposible que uno de los chicos haya robado siete pares de zapatillas, cuatro pulóveres, 12 camperas, nueve buzos, cuatro camisas y un MP4”, agregó el papá, quien lamenta que la escuela “siga contratando a la misma empresa para los viajes de estudios”.
“Nosotros hubiéramos entendido si alguien hubiera ayudado a los chicos en vez de buscar culpables entre ellos. Pero nos duele que les hayan arruinado el viaje tan esperado”, concluyó.
Otras notas de la seccion Locales
Olaviaga y Bedano en el racimo de opciones
Los comicios marcados por la presencia de Zannini y Cavagnero en las boletas
"Ya no es factible sostener la imagen de familia dominante"
Entusiasmo y aprendizaje: lo que dejó la Feria de Ciencias
"Cada vez más niños se involucran en la ciencia"
|