“¡Adelante PASU!”
Señor director:
Todos sabemos que existe una necesidad concreta de viviendas. Pero me está fastidiando la actitud recurrente de Alejandro Roganti y otros referentes, de cuestionar el Programa de Acceso al Suelo Urbano (PASU).
Todos sabemos también que su solución no es tan sencilla como lo plantean infantilmente estos quejosos vecinos. El concejal Andrada presentó un proyecto destinado a experimentar un camino nuevo, solidario, bien estructurado, con una fuerte presencia del Estado municipal en el mercado inmobiliario y para darle continuidad en su aplicación para favorecer constantemente a las familias que carecen de tierras para construir.
Sin embargo, Roganti y otros, ubicados en un oposicionismo cerrado, se han encargado de encontrarle "cinco patas al gato", de ver todo oscuro, preparado, "que huele mal". ¿Por qué?
¿Será porque los traiciona la antipatía a los que construyen y tienen iniciativas, y muestran su incapacidad para pensar soluciones? ¿Será que para lo único que están bien preparados es para obstruir, para criticar? En vez de avanzar con propuestas y fundamentos propios, se dedican a criticar lo que hacen los demás, haciendo que la razón pierda su centro de importancia. Que me perdonen, pero ya parecen la Lilita Carrió con pantalones.
Se oponen a todo, a la iluminación, al asfaltado de las calles, al sombrero y a la cartera de la presidenta, etcétera. Todo lo ven mal, todo es negro, todo es negativo, no encuentran nada que sirva. Y en tanto, tenemos a la vista que el Gobierno nacional construye, avanza, pone derechos donde hay necesidades, como quería Evita. Se esfuerza por mantener la producción, el empleo, por defender los derechos humanos, fortalecer la integración regional.
De eso, Roganti y los otros no dicen una palabra, no reconocen nada, juegan sabiendo o no a la desestabilización. Y otro tanto pretenden hacer con el concejal Andrada. Por eso lo ponen en la mira de sus críticas malsanas. Pero no lo lograrán: Andrada los derrotará con la "prepotencia del trabajo", según dictaminaba Roberto Arlt.
Me pregunto y le pregunto a la comunidad, ¿a dónde podemos ir con gente así? ¿Qué nos está pasando?
Eva Tocaccelli
DNI 6267193
Tango, el mejor perfume para el alma
Cada sociedad tienen su cultura, su folclore y su arte que la representa y caracteriza. Nosotros tenemos el tango que nos identifica con lo argentino y nos colma de orgullo.
Esta música que nace alrededor de los puertos de Buenos Aires y Montevideo, a fines del Siglo XIX y comienzos del XX, marginal, prostibulario, con toda fuerza y nostalgia de los inmigrantes y el sentimiento profundo de los criollos.
A los primeros instrumentos de flauta, violín y guitarra, se agrega el bandoneón, de origen alemán, convirtiéndose en el símbolo del tango, que de a poco se adentra en el vivir de los argentinos, recorriendo el mundo, siendo el mejor embajador de nuestros sentimientos y afectos.
El amor, tan importante y determinante en nuestra existencia, comienza en el niño pequeño, que siente y goza el arrullo y las manos cálidas de su madre, que siendo adulto experimenta el placer de las caricias de la mujer que ama y que en el instante supremo del último suspiro, el apretón de mano de un ser querido es el mejor regalo de despedida.
Todo ese amor existencial está contenido y expresado en el abrazo y en la sensualidad y voluptuosidad de bailar el tango.
La música y la poesía profunda y filosófica de muchos tangos logra recorrer los laberintos insondables de la mente y el alma, colmarnos de emoción y expresarse con lo mejor del cuerpo.
Esto ocurre, cuando entre innumerables poetas y músicos, escuchamos a Homero Manzi y Héctor Stamponi en "Quedemos aquí":
"...amor, la vida se nos va; amor, quedemos aquí. Porque sin compasión rodar. Amor la flor se ha vuelto a abrir y hay gusto a soledad, quedemos aquí. Nuestro cansancio es un poema sin final que aquí podemos terminar. Abre tu vida sin ventanas. Mirá lo lindo que está el río. Se despierta la mañana y tengo ganas de juntarte un ramillete de rocío. Tal vez, de tanto usar el gris, te ciegues con el sol, pero eso tiene fin, después verás el color, amor quedemos aquí".
Eladia Blázquez, en "Sueño de barrilete" nos canta: "...desde chico yo tenía en el mirar, esa loca fantasía de soñar; fue mi sueño de purrete ser igual a un barrilete, que elevándose entre nubes con un viento de esperanzas, sube, sube.
Y crecí en ese mundo de ilusión; y escuché sólo a mi pobre corazón; más la vida no es un juguete y el lirismo es un billete sin valor.
Yo quise ser un barrilete, buscando altura en mi soñar, tratando de explicarme que la vida es algo más, que darlo todo por comida....
Y he sido igual que un barrilete, al que un viento puso fin. No sé si me falló la fe, la voluntad o acaso me faltó piolín..."
No podemos dejar de evocar a Enrique Santos Discépolo, ese inconmensurable poeta, sociólogo popular, dramaturgo, actor, periodista, comprometido social y políticamente con los desamparados de la época. Pinta como nadie la soledad, la pobreza, la estafa y la explotación de la injusticia social de los que quieren, pero no pueden.
Esa clase oligárquica, parasitaria, responsable de la primera década infame, lo condena al ostracismo, la discriminación y a la infame desvalorización de su persona y obra.
Pero el tiempo y la historia coloca a cada uno en su verdadero lugar. Hoy Discépolo, Mordisquito, es un grande y sus obras memorables "Cambalache", "Yira Yira", "Uno", "Cafetín de Buenos Aires", "Canción desesperada", "Soy un arlequín" y otras, están arraigadas en el pueblo y forman parte de nuestra propia idiosincracia y de lo profundamente querido.
Esta música es atemporal y como Gardel, Goyeneche, Julio Sosa, Edmundo Rivero, Alberto Marino, Julio De Caro, Troilo, Piazolla, Salgán, Mores, Fresedo y tantísimos músicos, poetas y cantores, a pesar del tiempo, sus obras se engrandecen y parecen más bellas.
El tango nos ha acompañado desde niños, y hemos compartido con él los inviernos y primaveras de nuestro vivir, y a pesar de los pesares, decimos los versos de Violeta Parra "gracias a la vida...."
Doctor José Argarate
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