El Dakar Rally tiene dos formas de participación, una competitiva y una de aventura. El primero es selecto, tiene un costo de inscripción altísimo y los riesgos lógicos de la competición, más allá de correr la mayoría bajo la estructura de un equipo y por tiempo.
El segundo se denomina Adventure, y es para aquellos que quieren disfrutar la oportunidad única de vivir las sensaciones y aventuras que significa el mítico Dakar en su edición 2010 y al mismo tiempo recorrer importantes puntos turísticos de Argentina y Chile.
Si bien es abierto a todas las personas que tengan espíritu de aventura, los participantes comparten el espíritu del Dakar, los desafíos de la exigencia física, las inclemencias del tiempo y lo que le depare la topografía por donde transiten.
Es una opción para aquellos que con un presupuesto menor, no quieren perderse la oportunidad de disfrutar de este desafío.
Por primera vez, realizando esta segunda prueba, habrá un representante villamariense: Ariel “Guara” Guarino, ex jugador de rugby.
A bordo de una moto Honda XR 600R que llevará a los costados el número 612, este villamariense de 32 años estará cumpliendo un viejo sueño “siempre lo seguimos desde chicos con mi hermano Adrián. Es un gusto que se da una vez en la vida”.
Ariel en 2002 sufrió una grave lesión jugando al rugby (justamente un clásico). Era segundo centro del San Martín y en un tackle sufrió una importante lesión de pierna derecha con un diagnóstico terrible. Difícilmente volvería a moverla. Su fuerza de voluntad y espíritu de superación fue determinante. No sólo volvió a caminar, sino que se dio el gusto de jugar nuevamente al rugby en la Liga 2 de Italia.
“A la moto la armé yo en forma casi completa, también diseñé del carenado y me lo construyó en fibra de vidrio mi amigo Gonzalo García. La parte de caños de escape y el estabilizador de gases los hizo Gonzalo Bonetto. Al motor y sistema eléctrico los trabajaron en el taller Speed, al tema de gomas lo realizó Daniel, un vecino”, cuenta Guarino.
“Hice modificaciones en el tanque de combustible, donde lleva 3 tanques, el principal de 25 litros y dos laterales auxiliares de 4,5 litros cada uno”, agrega.
“Estuve entrenando, un día llegué a estar 9 horas arriba de la moto. He ido al gimnasio en el último tiempo durante la siesta con ejercicios específicos para motocross y enduro”; señaló.
Ante la consulta de por qué quiere participar del Dakar Adventure dijo: “Es un gusto, es algo hermoso. Si tuviera los medios económicos correría el oficial y me gustaría hacerlo con mi hermano, que es lo único y lo más importante que me va a faltar en este viaje”, cuenta.
“En Argentina no hay educación vial y la gente no respeta las reglas de tránsito. En la ciudad hay que andar despacio y respetar las leyes. Por algo mueren 18 personas por día”, reflexiona y agrega “por eso creo que el Dakar no es tan peligroso como andar por una ciudad argentina”.
Ariel comenta y agradece: “Hay empresas que han colaborado. Algunas con parte económica y otras con mano de obra o productos para la moto. También el apoyo de toda mi familia y amigos”.
El villamariense destacó además que “en el Adventure se hace una ficha de inscripción por Internet, el que corre el oficial agrega datos de equipo, financiamiento y sponsors. Para correr sale 3.500 euros la inscripción de la moto, 10 mil euros el piloto, incluye gastos de traslado, comida, combustible y asistencia médica. En el Adventure no se paga inscripción. Es mucha gente la que lo realiza. No es cronometrado, pero hay que seguir el ritmo de la carrera. Se debe realizar la etapa de cada día. Es para disfrutar, hacer el recorrido, estar en el ambiente. Son más de 9 mil kilómetros”.

Ariel Guarino cuenta que “un amigo me va a asistir, llevando en su vehículo repuestos y otros indispensables para esta aventura. Saldré de Buenos Aires el 1 de enero y quiero llegar a Buenos Aires el 17. Lo único que me lo puede impedir es que se me rompa la moto o tenga un accidente”.
“Lo vengo planificando desde hace más de seis meses, no he omitido detalles. Mi idea era tener mi moto lista antes, pero tuve algunos contratiempos y recién en los primeros días de diciembre estuvo preparada para hacerla andar”.
Guarino encara un nuevo sueño y si de desafíos se trata él conoce más que nadie. Hace unos siete años en una clínica llorando prometía a su familia volver a caminar contra todos los diagnósticos. Ahora se dará el gusto de participar del Dakar Adventure.